Por Emiliano Saavedra
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Por Emiliano Saavedra
Además de ser una necesidad vital para la supervivencia, la alimentación también es bienestar, cultura y placer. La comida saludable en verano pasa por algunos aspectos más allá de los alimentos. Por este motivo, durante la temporada de calor es necesario extremar los cuidados al momento de preparar, cocinar y almacenar los alimentos, como una manera más de cuidar la salud.
En este contexto, la licenciada en Nutrición Silvia Pérez indicó a El Tribuno de Jujuy que en esta época veraniega es fundamental la hidratación debido a las altas temperaturas, y dijo que "no es necesario tener sed para tomar agua".
Luego señaló que "cuando digo hidratación no estoy haciendo mención en gaseosa o bebidas alcohólicas, hay muchas personas que están acostumbradas a tomar mate o teres, si bien forman de la alimentación, no lo es todo", y sostuvo que "el cuerpo pierde mucho líquido, por eso la hidratación en lo posible siempre debe ser con líquidos limpios, es decir agua transparente, no jugo en polvo".
La nutricionista expresó que "las personas piensan que hacer un licuado de frutas y tomar en abundancia también tiene su punto en contra, porque estaríamos ingresando mucha cantidad de azúcares del lado de las frutas. Si bien la fruta es buena, tampoco es libre, a veces puede predisponer al consumo elevado de azúcares y aumentar los niveles de azúcares en sangre".
En esta época del año, se sugiere consumir verduras, en lo posible de estación. "Por el tema del calor es especial para consumir ensaladas frescas. Uno se va adaptando a la temperatura del día. Es que Jujuy se caracteriza por pasar de 30 a 20 grados al día siguiente, tenemos que adaptar la cocina a eso. Por ejemplo, en vez de una ensalada podemos hacer un guiso o polenta con verduras para tener vegetales que le aporten fibras, vitaminas, antioxidantes y minerales", indicó.
Pese a estas recomendaciones, algunas familias tienen severas dificultades económicas para acceder a estos alimentos. "Es complicado porque marca mucho y no todas las familias tienen las posibilidades de incluir vegetales y frutas todos los días, porque los sueldos están en menor avance que los precios. No hay nada barato, todos están con un precio excesivo. La cuerda floja siempre es el dinero, aún así remarcamos que se consuman los alimentos de estación porque siempre estarán un poco menos que otros", expresó.
Es importante respetar los cuatro horarios de comidas que serían desayuno, almuerzo, merienda y cena, y que permitan un buen ingreso de nutrientes. "No es buen desayuno un té con un trozo de pan. Sería mejor un mate con leche, un yogurt con granola o mezcla de frutos secos, hay diferentes formas de hacer desayunos o meriendas más completos. Entre cada una de las comidas debe haber un espacio entre 3 o 4 horas. La cena debe ser liviana para que el intestino tenga un descanso y no se sobrecargue de alimentos", reflexionó la nutricionista.
Los desajustes digestivos o las intoxicaciones alimentarias son los problemas más habituales del verano. "Generalmente es la diarrea, que puede ser causada por falta de higiene de las personas que manipulan alimentos o elementos utilizados en la elaboración. También la contaminación por cortarse la cadena de frío en productos muy sensibles (lácteos) o de comidas elaboradas que pasaron mucho tiempo a temperaturas en la que proliferan bacterias dañosas a nuestra salud", remarcó.
La salud depende fundamentalmente de la variedad y tipos de alimentos que se ingieren. Los nutrientes presentes en los alimentos son fundamentales para la vida. "Siempre es bueno resaltar que no hay una única recomendación, hay algunas que pueden ser generales pero individualmente necesitan un plan adecuado a sus tiempos y posibilidades", comentó Pérez, al tiempo que cerró diciendo que "esas comidas rápidas o chatarras tienen que ser para una ocasión especial, como un evento o fiesta, y no como una comida diaria".