Al ritmo de trompetas, bombos y redoblantes, los sones carnestolendos se apoderaron ayer de la localidad de Yala donde cientos de personas vivieron a pleno un pequeño anticipo del carnaval 2023. La comparsa Los Alegres de Uquía copó el pueblo vallisto y lo inundó de color y fiesta con un nuevo simulacro de la tradicional bajada de diablos que se realiza cada año en el mes de febrero, en Uquía, en el inicio del Carnaval grande.
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Al ritmo de trompetas, bombos y redoblantes, los sones carnestolendos se apoderaron ayer de la localidad de Yala donde cientos de personas vivieron a pleno un pequeño anticipo del carnaval 2023. La comparsa Los Alegres de Uquía copó el pueblo vallisto y lo inundó de color y fiesta con un nuevo simulacro de la tradicional bajada de diablos que se realiza cada año en el mes de febrero, en Uquía, en el inicio del Carnaval grande.
Por segundo año consecutivo los diablos eligieron este lugar para trasladar parte de su festejo y compartirlo tanto con lugareños como turistas, mostrando no solo el brillo y el color propio del carnaval quebradeño, sino dejando entrever una tradición ancestral que se replica una vez al año en el cerro Blanco de Uquía, desde donde unos 300 diablos descienden para desenterrar al Pujllay y dar rienda suelta a la alegría durante todo el carnaval.
Ávidos de celebrar y disfrutar de este gran espectáculo, una multitud se dio cita en el predio de la Feria de los Artesanos de Yala, a la vera de la ruta 9. Apenas entrada la tarde, agitando banderas y dando brincos, llegaron los diablos que no tardaron en poner el tono festivo al encuentro. Con esa voz pícara y divertida que los caracteriza, invitaban a la gente a bailar y a recorrer con ellos el predio, donde además desde temprano numerosos emprendedores comercializaban comidas, bebidas y todo tipo de ornamentación para ponerse a tono con el festejo.
Los disfrazados hicieron un extenso recorrido por el lugar, para luego dirigirse hasta la estación del pueblo donde harían una "invitación". En el trayecto se multiplicaron las fotos y las selfies con la gente ya que nadie quiso perderse la divertida postal.
Más tarde, a las 22, se abrieron las puertas del Polideportivo de Yala donde hubo un baile que se prolongó hasta las madrugada.