La acción solidaria no descansa y se renueva siempre que corazones con ánimo de colaborar por una causa justa, sumen labores para contribuir con aquellas personas que más lo necesitan.
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La acción solidaria no descansa y se renueva siempre que corazones con ánimo de colaborar por una causa justa, sumen labores para contribuir con aquellas personas que más lo necesitan.
Este tiempo de festejos es una posibilidad más para lograr sonrisas en niños a través de la sorpresa y de regalos que fueron mimos en un fin de año inolvidable. Por eso, para los pequeños del merendero "Lo de Zamba" fue muy especial. Recibieron obsequios otorgados por los alumnos de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales que estudian la carrera de Trabajo Social junto a los profesores Hugo Cáceres, Mónica Cortéz y Valeria Tejerina.
Desde el merendero, el agradecimiento no se hizo esperar porque la ayuda significa mucho; por ello es que a través de personas solidarias, este espacio goza de continuidad y es verdaderamente necesario para que sea posible la acción sin fines de lucro.
El esfuerzo de los estudiantes universitarios dio sus frutos ante la idea de la campaña de donaciones que fue un éxito. Es importante resaltar que se recolectaron útiles escolares, juguetes, golosinas y juegos de mesa, entre otros elementos. A raíz de esta experiencia, el resultado fue el mejor y positivo al pensar en la construcción de la comunidad, desde el colectivo social durante éstos tiempos difíciles.
Autoridades, profesores y alumnos asumieron el compromiso de pensar en una universidad inclusiva, gratuita de calidad; y es en este marco de cierre de la práctica de la carrera de Trabajo Social comunitario, que se efectuó la acción. Niños y estudiantes y profesores, tejieron lazos comunitarios necesarios para el progreso de la institución ya que es aquí donde la generosidad fue notable desde toda perspectiva.
Otra grata buena nueva en el merendero fue recibir regalos y útiles desde México; por lo que la tarea comunitaria trascendió fronteras pensando en un presente justo y en un futuro prometedor. Es que gracias a su labor de amor y colaboración, la activista Elvia Martínez hizo posible que el corazón solidario de la comunidad azteca, brinde alegrías a los pequeños del sur de América Latina.
Finalmente, es para resaltar que las actividades de los alumnos del colegio Emdei también se hicieron visibles porque guiados por el profesor Ricardo Piñero, pusieron manos a la obra y días atrás prepararon chocolatada, armaron un ropero comunitario, entregaron juguetes y repartieron golosinas para los pequeños. Así es como la empatía por el otro, fue concebida no como un trabajo, si no como una caricia para el alma.