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Descubren inusuales "patinadas" fosilizadas

Identificaron 23 huellas de 130 millones de años de antigüedad que corresponden a pisadas de esos animales.

Lunes, 23 de enero de 2023 01:02

Al noroeste de la provincia de Neuquén, en el cerro Rayoso, ubicado al este de la ruta 40 entre las ciudades de Chos Malal y Las Lajas, y próximo al río Neuquén, especialistas del Conicet descubrieron inusuales huellas fosilizadas de 130 millones de años de antigüedad que corresponden a saurópodos, un grupo muy diverso de dinosaurios herbívoros que llegaron a ser de los vertebrados terrestres más grandes que hayan existido y dominaron los ecosistemas terrestres durante un lapso mayor a 140 millones de años (casi toda la Era Mesozoica). El hallazgo se describe en la revista Geological Society of London Special Publication.

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Al noroeste de la provincia de Neuquén, en el cerro Rayoso, ubicado al este de la ruta 40 entre las ciudades de Chos Malal y Las Lajas, y próximo al río Neuquén, especialistas del Conicet descubrieron inusuales huellas fosilizadas de 130 millones de años de antigüedad que corresponden a saurópodos, un grupo muy diverso de dinosaurios herbívoros que llegaron a ser de los vertebrados terrestres más grandes que hayan existido y dominaron los ecosistemas terrestres durante un lapso mayor a 140 millones de años (casi toda la Era Mesozoica). El hallazgo se describe en la revista Geological Society of London Special Publication.

"En este trabajo estudiamos en detalle una superficie con numerosas huellas, algunas en forma de medialuna y otras alargadas que hemos interpretado como patinadas de dinosaurios saurópodos producidas al lado de un canal de marea. En esa época el mar llegaba a territorios que hoy se ubican en la provincia de Neuquén", explicó Arturo Heredia, primer autor del trabajo y becario posdoctoral del Conicet.

En total se identificaron 23 huellas, muchas de las cuales son elongadas con una relación entre largo y ancho de la huella mayor a dos (considerablemente más largas que anchas) y las que son de mayor tamaño tienen unos 42 centímetros de longitud y 18 cm de ancho. "La mayoría de las huellas desarrollaron 'rebabas' que son los rebordes que se forman cuando se desplaza el sedimento hacia los costados del pie del productor de la huella, de manera similar a los rebordes que se forman cuando caminamos sobre el barro", explicó Heredia.

Los saurópodos presentaban un característico cuello largo con una cabeza pequeña, cola larga y patas columnares como las de un elefante. Los representantes más grandes de este grupo de dinosaurios se estima que podrían haber alcanzado los 40 metros de longitud y un peso de unas 70 toneladas. Sin embargo, las dimensiones de las huellas descubiertas en Neuquén se corresponden con las de saurópodos de pequeño tamaño.

Instantánea del pasado

El equipo de especialistas que firma el trabajo concluyó que los saurópodos pisotearon una superficie resbaladiza cubierta por un tapete microbiano que a su vez habría favorecido la preservación de las huellas.

"Interpretando la dirección de las estructuras sedimentarias visibles en la roca donde se distribuyen las huellas fosilizadas generadas por los saurópodos en una zona inmediatamente lateral a un canal de marea, pudimos determinar cómo varió el nivel del agua en esa zona", señaló Pablo Pazos, autor del trabajo e investigador del Conicet.

Pazos, que es doctor en Geología por la UBA, también indicó que en la zona estudiada se detectaron muchos registros de actividad microbiana tanto dentro como fuera del canal de marea, una característica frecuente de climas cálidos. "Estas superficies son resistentes gracias a la cobertura microbiana que permiten soportar muy bien el peso de animales que de otra manera dejarían huellas más profundas y son las responsables de generar las patinadas. Todas estas evidencias son una ventana que nos permite captar un instante preciso de la vida de esos animales y de su entorno", puntualizó. Y agregó que también encontraron en la zona registros de polen de coníferas araucariáceas y otras plantas, además de esporas de helechos y marcas fosilizadas de bivalvos (antepasados de mejillones, almejas y otros organismos marinos).

Diana Elizabeth Fernández, coautora del trabajo e investigadora del Conicet, destacó que cerca de la zona analizada -donde se extendía el canal de marea- ya se descubrieron con excelente preservación huellas de xifosúridos también conocidos como cangrejos cacerola. "A pesar de su nombre, estos artrópodos están más cercanamente emparentados con las arañas que con los cangrejos. En un trabajo del 2013 describimos ese material en detalle. Se trató del primer registro de huellas de estos invertebrados en rocas de edad cretácica temprana (130 millones de años atrás) en el mundo, y el segundo registro fósil del grupo para el Cretácico del hemisferio Sur", afirmó.

"Tanto en el caso de las huellas de los xifosúridos como en las de los saurópodos, la presencia de matas microbianas habría sido un factor importante que facilitó la muy buena preservación y nos permitió revelar información novedosa sobre la fauna y hábitat de ese pasado tan remoto", afirmó Fernández.