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"Volví a caminar porla fuerza de voluntad"

Gabriela Ventacor padece de miastenia gravis y pese a sufrir dolor permanente se repuso y hoy baila.
Miércoles, 25 de enero de 2023 01:00

"La miastenia gravis se caracteriza por debilidad y fatiga rápida de cualquiera de los músculos bajo tu control voluntario", dijo Gabriela Ventacor, agregando que "la causa de esta enfermedad no se conoce hoy en día, aunque el hallazgo de anticuerpos antireceptores de acetilcolina le presupone una base autoinmune".

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"La miastenia gravis se caracteriza por debilidad y fatiga rápida de cualquiera de los músculos bajo tu control voluntario", dijo Gabriela Ventacor, agregando que "la causa de esta enfermedad no se conoce hoy en día, aunque el hallazgo de anticuerpos antireceptores de acetilcolina le presupone una base autoinmune".

Gabriela Ventacor recibió a El Tribuno de Jujuy en su domicilio y con una amplia sonrisa comentó: "tengo un dolor crónico que me obliga a recurrir a la medicación cada cuatro horas, y siempre que me preguntan cuáles son los síntomas yo digo que es como si uno hubiera hecho cinco horas de gimnasia, que al final queda sin fuerzas y dolorido. En mi caso esa sensación es permanente", dijo.

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"Tardaron muchos años hasta que pudieron detectar la enfermedad los médicos. Decían que era depresión, pero yo no podía caminar, me cansaba mucho, me costaba cantar, ya que yo enseñaba música. Hasta que un día salí con mi bicicleta y a las pocas cuadras de casa, antes de la bajada de la calle Libertad, me quedé sin fuerzas y regresé a casa caminando y empujando la bicicleta", afirmó Gabriela Ventacor.

Aclaró que en ese momento tenía 20 años y que fue a partir de ahí que comenzó un largo camino, de médico en médico, sin que le pudieran diagnosticar que tenía, terminando en cama y sin poder caminar después de que los médicos le decían que pusiera ganas de vivir, perdiendo su trabajo como profesora de música, pudiendo preservar el cargo de preceptora en la Escuela de Comercio Nº 1.

EL MEJOR RECUERDO | CON SU MAMÁ BAILANDO EN EL TEATRO MITRE

"Justo murió mi papá y eso hizo que mi cuadro se agravara, ya no podía comer, lloraba todo el día, veía doble, caminaba y me caía. Además me daba cuenta que mi situación angustiaba mucho a mi madre, Delicia Quipildor", indicó, y es ahí donde se le quiebra la voz y sus ojos adquieren un brillo distinto.

Gabriela recordó esa época que junto a su mamá concurría a Appace, donde conoció al licenciado Ariel Gonzálvez, quien de a poco la fue involucrando en la actividad de "Siente y Baila", y donde además podía compartir actividades con su madre. Se iniciaba en su vida una nueva etapa y a la fecha pasaron 23 años desde que comenzó la rehabilitación, primero en la pileta y posteriormente recibiendo la atención de los kinesiólogos.

HERMOSO GRUPO | CONFORMADO POR LOS KINESIÓLOGOS DE APPACE

Nueva vida

Gabriela Ventacor es hoy una de las instructoras que acompañan al kinesiólogo y desarrolla una nueva actividad que la motiva, porque se reconoce como una gran trabajadora, inquieta y emprendedora.

Agradeció a los médicos Jorge Bueno, Gustavo Buitrago y Carlos Santos, que fueron quienes detectaron la enfermedad y le brindaron un tratamiento que le permitió mejorar su calidad de vida y poder de a poco enfrentar su realidad.

SIENTE Y BAILA | GABRIELA ACOMPAÑADA POR ADRIANA, PAOLA Y RICARDO.

Recordó la entrevistada que "hoy, al mirar atrás, me doy cuenta de todo lo que logré gracias a la rehabilitación realizada en Appace. Yo al principio no quería ir porque sostenía que era una institución para gente con problemas y no me daba cuenta que yo era la que tenía problemas. Por suerte fui muy bien recibida y es que pude comenzar con la pileta, con el tiempo el doctor Milisenda, conociendo mi historia, me recomendó que la lleve a mi mamita y comencé una nueva etapa, ya que mi madre, que falleció en el 2020, tuvo una nueva vida ella también, porque se sumaba a todas las actividades que había".

Ventacor agregó que "por recomendación de los médicos y al estar restablecida debía dejar la pileta y hacer kinesiología. Es ahí donde conocí unos seres maravillosos y entre ellos al licenciado Ariel Gonzálvez, que me dio la posibilidad de colaborar con su actividad, ya que yo con la computadora hacía dibujos que después pegábamos en banderines, y es así como hoy lo acompaño en el baile", afirmó sonriente.

 

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