Hugo Salinas lleva 44 años en Euskal Herria, del País Vasco. El jujeño y artista decidió recorrer Europa en bicicleta y concretó el periplo superando largos tramos, con la satisfacción de disfrutar cada paisaje, traspasar fronteras y deleitarse al conversar con la gente de distintos países. Recorrió ocho países desde Portugal, al principio a pie por cuatro meses, y luego en bicicleta.
inicia sesión o regístrate.
Hugo Salinas lleva 44 años en Euskal Herria, del País Vasco. El jujeño y artista decidió recorrer Europa en bicicleta y concretó el periplo superando largos tramos, con la satisfacción de disfrutar cada paisaje, traspasar fronteras y deleitarse al conversar con la gente de distintos países. Recorrió ocho países desde Portugal, al principio a pie por cuatro meses, y luego en bicicleta.
Cuando partió de Jujuy inicialmente visitó varios países y se estableció en Euskal Herria, la región histórica del País Vasco. Luego de más de cuatro décadas decidió concretar su aspiración por seguir recorriendo y conocer lugares, por lo que decidió emprender viaje a pie en abril del 2022 desde Portugal, vía Bilbao, y de allí hacia el norte de Holanda, desviándose para seguir por los ríos Rin y Danubio.
SUR DE HOLANDA | COMPARTIENDO VIVENCIAS CON GENTE DE ESE LUGAR
"Fui caminando durante cuatro meses y mientras iba buscando un camino paralelo al océano Atlántico para no dudar para dónde ir, siempre me cruzaba con el Rin (río) y el Danubio, y cuando vi esos dos caminos que iban de oeste a este se me ocurrió ver cuánto tiempo tardaba y decidí hacerlo, sin entrenamiento, por mera curiosidad. Después en bicicleta bajé hasta Róterdam y al lado del Rin hasta el lago Konstanz. Después desde el nacimiento del Danubio hasta Bratislava, Eslovaquia".
Para hacer el Rin y el Danubio comenzó a usar bicicleta, tirando un pequeño carro en el que lleva una carpa y una bolsa de dormir, ropa y objetos para prepararse algo de comer cuando no encuentra nada en el camino. "Lo que uno va a gastar en casa, lo gasto en el camino, a veces con menos comodidad pero me arreglo o encuentro un supermercado", dijo, detallando que afronta los gastos con sus ahorros de su labor en el arte, la pintura, dibujo y escultura, de los que siempre vivió.
DANUBIO | EN ALEMANIA JUNTO AL RÍO QUE RECORRE LA PARTE ORIENTAL DE EUROPA
Hacía alrededor de 20 km al día caminando y tuvo que comprar una bicicleta de segunda mano en Holanda para poder hacer el doble de distancia. Lo hace sin tener que correr y sin ninguna prisa, conociendo cada lugar y solo se detiene a la hora de almorzar. "Siempre elijo un sitio agradable, cerca de un río, debajo de un árbol, con una vista preciosa y luego disfruto la tarde, y voy viendo un lugar para dormir; hay muchos sitios, en campings, no voy a hotel porque si queda a 10 km ir y volver se hace mucho", relató.
A diario se encuentra con personas en el camino. "Cuando ayuda el idioma compartimos datos, me cuentan dónde han pasado y lo mío. Se conoce gente agradable, de otra forma de pensar y cuento que soy de la Puna, muestro fotografías. A veces llego a un pueblo y también aprovecho de hablar y contar", explicó, y destacó que se sorprendió por la amabilidad de los europeos, ya que muchos hacen lo mismo y le facilitan datos de lugares donde comprar. "Mucha gente ha visitado América Latina o la América Indígena. Yo llevo una whipala, la gente ve y me dice que estuvo en Perú, Bolivia, Argentina y que vieron esa bandera, y yo le cuento lo que es", explicó.
En su recorrido aseguró que no tuvo casi problemas, tampoco de papeles. Habla un poco de inglés, porque en Alemania encontró que también lo hablan y es la base para comunicarse en toda Europa y si no logra hacerlo, se ayuda de un teléfono celular para traducir palabras.
PACÍFICO | CUANDO CAMINABA POR UNA LOCALIDAD FRANCESA.
"Mi objetivo es el mar Negro. El lema que puse en mi bicicleta es 'De mar a mar', después voy a seguir a otro mar, el Egeo", aseveró, y es que planea también ir hacia Turquía en adelante. "Pasé como ocho países, cientos de ciudades. Ha sido un viaje en términos emocionales maravilloso. En el plano cultural ha sido muy linda esta zona occidental de Europa", agregó. Lleva nueve meses viajando pero prevé parar porque con el invierno cae la noche, a veces a las cinco de la tarde, y debe instalar su carpa, y con la poca iluminación que porta se dedica a leer.
Con el frío se hizo difícil avanzar y debido a que el paisaje se hacía gris y a veces había niebla, llegó la pausa. Pero pretende continuar en la próxima primavera, en abril. Será tiempo de volver con los suyos, sus hijos que viven en Bilbao.
Cuando termine esta experiencia, quizás pueda retomar los viajes que solía hacer a Jujuy cada dos años y que suspendió por la pandemia. Si lo concreta, volvería a visitar su pueblo natal, Abra Pampa, donde tiene a su hermana y sobrinos.