El 2022 quedará grabado a fuego en Rafael Vitancor. Fue elegido Cóndor de Plata en básquet por su gran actuación a nivel local, regional y nacional, algo que implicó llevar sus dobles a Santa Fe, más precisamente a Club Sportivo Suardi.
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El 2022 quedará grabado a fuego en Rafael Vitancor. Fue elegido Cóndor de Plata en básquet por su gran actuación a nivel local, regional y nacional, algo que implicó llevar sus dobles a Santa Fe, más precisamente a Club Sportivo Suardi.
"Fue un año que marcó mi vida basquetbolista, fue el año que hizo darme cuenta que cada entrenamiento, práctica, esfuerzo y sacrificio valió la pena", sostuvo a El Tribuno de Jujuy.
Recordó que después de consagrarse con Atlético Gorriti tuvo la oportunidad de integrar en el equipo de Jujuy Básquet y jugar por primera vez la Liga Federal.
"Los partidos eran muy peleados, trabados, cansadores y daban poco margen de error. Los equipos de las otras provincias tenían un muy buen nivel, presentando jugadores profesionales. Pero estos compromisos sirvieron para medirme con otros rivales, algo para lo cual me estaba preparando. Las oportunidades de sumar se me dieron y las aprovechaba sumando varios puntos, ayudando en la defensa también", sostuvo.
De esta manera, Vitancor pasó a ser observado de afuera y llegó la posibilidad de jugar en el Suardi. "No lo pensé mucho y decidí irme para seguir mi carrera", afirmó.
Y acertó porque la temporada fue más que positiva, alcanzando con su equipo las semifinales en el torneo local y el regional, obteniendo una plaza para la Liga Federal 2023.
Sin embargo, el ala pivot también reconoció que fueron tiempos difíciles en lo personal. "Tuve las pérdidas de mi mamá, tía, tío y abuelos, pero gracias al básquet pude salir adelante, aferrándome y siendo mi salida de la realidad. Un desahogo. Siempre estaré y estoy agradecido con mi familia y con las personas que me ayudan y ayudaron en este proceso", declaró convencido.
A los 10 años comenzó a entrenar en una escuelita de básquet del polideportivo Barrio Alto Palpalá. Luego se trasladó al barrio 2 de Abril, también de la ciudad siderúrgica, donde su entrenador "Lucho" junto a sus hermanos y tíos terminaron de formarlo en este apasionante deporte.
A los 14 años, con mucho esfuerzo, empezó a jugar en Atlético Gorriti. "Me acuerdo como si hubiese sido ayer el primer entrenamiento. Me costó mucho porque no estaba acostumbrado a un ritmo de práctica así. Además de conocía a nadie, costándome la adaptación. Eso sí, no me imaginé ni un segundo llegar a donde estoy ahora jugando en otra provincia, como siempre dijo mi mamá y me lo recordaba siempre que todo esfuerzo tiene su recompensa". En aquel momento su entrenador era René Zalazar, que al principio era muy duro y muy exigente en cada jornada, algo que "me sirvió muchísimo para autoexigirme y enseñarme que no era suficiente solo con entrenar. Para mejorar aún más tenia que practicar en mi tiempo libre. Lo hice y estoy feliz al mirar atrás", concluyó.