El festejo de las comadres se inició hoy cerca del mediodía con las salutaciones en los puestos del Mercado municipal. Las puesteras recibieron a los visitantes con chicha y comidas típicas, al tiempo que el talco, serpentina y mixtura fueron dándole color a la jornada.
Las comadres con antelación habían preparado todo y desde primera hora el aroma a albahaca, el humo de las brasas para preparar el almuerzo, los cuetillos, el talco y las bebidas para los brindis, anunciaban la celebración.
Todas hicieron un pequeño aporte para agasajar a las comadres con mayor antigüedad dentro del predio, que tiene tres espacios.
Quienes transitaron por el lugar, tanto vecinos como turistas, debían acercarse al mojón, darle de comer y beber a la Pachamama, además de brindar con los presentes.
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El festejo de las comadres se inició hoy cerca del mediodía con las salutaciones en los puestos del Mercado municipal. Las puesteras recibieron a los visitantes con chicha y comidas típicas, al tiempo que el talco, serpentina y mixtura fueron dándole color a la jornada.
Las comadres con antelación habían preparado todo y desde primera hora el aroma a albahaca, el humo de las brasas para preparar el almuerzo, los cuetillos, el talco y las bebidas para los brindis, anunciaban la celebración.
Todas hicieron un pequeño aporte para agasajar a las comadres con mayor antigüedad dentro del predio, que tiene tres espacios.
Quienes transitaron por el lugar, tanto vecinos como turistas, debían acercarse al mojón, darle de comer y beber a la Pachamama, además de brindar con los presentes.
La diversión era para todos los gustos, desde coplas hasta los ritmos modernos de cumbia, el aire carnestolendo se respiraba en las adyacencias.
La celebración se extendió a diferentes puntos de la ciudad, polideportivos y salones de eventos, con la participación de jóvenes y adultos.
El Mercado Central, como otros puntos del ejido urbano fueron el epicentro del jolgorio, donde actuaron grupos musicales hasta exactamente las 20, según lo dispuesto por la Policía de Jujuy. A esa hora todos comenzaron a retirarse para asistir con su comparsa a desenterrar el carnaval. Así, en una simbólica, fiel y muy creyente costumbre a la medianoche, proceder al desentierro del diablo, que simboliza el carnaval, que ya se vive a pleno en La Quiaca.