Si en el pasado le decían que en su destino estaba vivir en Nueva York, no lo creía. Es más, ni se lo hubiera imaginado y eso que la buena vibra la acompañó desde que era una niña. Pero Juliana Montesino entendió que la vida es una ruleta de sorpresas en la que se puede permitir diferentes experiencias.
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Si en el pasado le decían que en su destino estaba vivir en Nueva York, no lo creía. Es más, ni se lo hubiera imaginado y eso que la buena vibra la acompañó desde que era una niña. Pero Juliana Montesino entendió que la vida es una ruleta de sorpresas en la que se puede permitir diferentes experiencias.
Gracias al programa de Au pair para ser niñera en el exterior del país, se animó a completar los requisitos y seguir el paso a paso que la llevaría a Norteamérica. "Pensaba, si todo se da, le mando para adelante", dijo la jujeña de 27 años que viajó con el anhelo de descubrir un mundo nuevo. Es así que -a través de ese cultural care- comenzó todo. "Me suscribí a la plataforma y tuve que llenar un perfil. Ellos (las familias) van viendo perfiles de niñeras y ven qué les parece. Sería como una aplicación para niñeras que si hay coincidencia, el contacto se genera por videollamada y acordamos hasta que se hace el match, que es cuando se hace el contrato", explicó sin dejar de mencionar que sólo hasta el momento de conocerse personalmente, se puede saber cómo es el trato y demás.
"Tenía tristeza porque era dejar a mi familia y tener la incertidumbre de no saber cómo la podía pasar", indicó Montesino que tomó como un desafío personal, todo incluido poner a prueba el inglés que había aprendido en su infancia. Pero cuando llegó, el estilo de un inglés más informal y descontracturado le hizo comprender que era más difícil que lo que había pensado. Es entonces cuando el aprender del otro se hizo más fuerte y las conexiones ganaron la partida.
Envuelta en un halo de emociones encontradas, al pisar por primera vez suelo yankee empezó a develar los misterios que se imaginaba en pleno viaje. "Es impresionante lo que es tecnología, el aeropuerto de última generación, cada cosa que veía", recordó. Y es que la magia de lo diferente se podía respirar en aquél momento donde faltaban ojos para ver y no perderse en la novedad permanente. Así, el anhelado encuentro con la familia Wright, fue posible y Glen Cove, una ciudad dentro de Nueva York, comenzó a visibilizarse como nuevo hogar. Por eso, ella siguió con su sueño en el que hablar el idioma día a día se convirtió en su mejor aliado a la hora de la comunicación.
"Vivo con la mamá y su hija, a quien cuido. Ellas son buenas conmigo, me incluyen en todo y yo les agradezco porque no todos tienen ese pasar. Hasta que llegás y conocer, no sabés cómo puede ser", destacó Montesino que valora cada momento en "La gran manzana" junto a la posibilidad de poder conocer Manhattan; San Francisco en California; Orlando, en Florida o divertirse en las distintas atracciones que ofrece un país de primer mundo. "Es muy loco sentirme parte de la comunidad. Todos los días voy a buscar a la nena que cuido a la escuela y me cruzo con los mismos padres o niñeras, ya nos conocemos.
Para ellos soy 'la argentina' y todo el tiempo me dicen: 'Messi, Messi'", explicó entre risas "Juli" como es conocida por sus amigos de Argentina y de Estados Unidos, donde integra un grupo de crossfit para no perder el ritmo en la actividad física. "Son piolas y me hacen sentir re contenida estando lejos. Nos juntamos para almorzar o salir", dijo esta joven que vivió el mundial de la manera más linda, incluyendo ser parte del público cuando la Selección Argentina de Fútbol jugó el partido contra Jamaica, en Nueva Jersey. "Una locura fue el mundial, aquí todos son fans de Messi", contó asombrada quien refuerza sus recuerdos ante los estadounidenses contando que su Jujuy es único por la calidez de la gente, por lo exquisito de sus comidas y por los paisajes naturales que son verdaderamente soñados.