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El jujeño que juega al vóley en Grecia

Rodrigo Ocampo es opuesto atacante en Kalamata'80 y compartió su gran experiencia en tierra helénica.
Domingo, 05 de febrero de 2023 01:00

Alcanzar la gloria es un objetivo que todo deportista anhela desde que decide emprender el camino para ser mejor en la disciplina que practica. Y es el rumbo que Rodrigo Ocampo persigue desde hace dieciséis años con una ilusión que se vuelve energía puesta a favor de construir su carrera, con la necesidad de romper cualquier afuera y elegir meticulosamente una forma de decir algo -en su caso- a través del vóley.

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Alcanzar la gloria es un objetivo que todo deportista anhela desde que decide emprender el camino para ser mejor en la disciplina que practica. Y es el rumbo que Rodrigo Ocampo persigue desde hace dieciséis años con una ilusión que se vuelve energía puesta a favor de construir su carrera, con la necesidad de romper cualquier afuera y elegir meticulosamente una forma de decir algo -en su caso- a través del vóley.

Hoy protagoniza una historia en "La cuna de la civilización" y vive la realidad de un sueño que fue decretado tiempo atrás gracias a un hobby que se convirtió en una pasión tan grande que evadió fronteras. Es que vivir en Grecia es toda una quimera que este joven de 31 años experimenta en primera persona, claro, dejándose sorprender por ese lugar tan especial en el mundo. "Antes de venirme para acá, sabía con qué me iba a encontrar, pero ahora, sacando el idioma, es todo igual. La comida, la gente, es parecido a Argentina pero con mucho más orden...", dijo con entusiasmo al contar que se encuentra a dos horas y media de -Atenas-.

Parado en su presente, recibe el impacto de imágenes poéticas que se hacen verdaderas y emocionan su transitar, descripción de su entorno resumido en -Kalamata-, un extracto de ciudad grande con playas extraordinarias, devenidas en veranos únicos. Está aquí aquella fuerza misteriosa que manipula los hilos de su destino, en un país donde se vive muy bien y la gente sigue siendo tan o más "piola" que como lo había considerado. "No son fríos como los países nórdicos, Grecia en verano es mejor, tiene un clima y playas increíbles, ahora en invierno también se disfruta, la experiencia es súper positiva", contó Ocampo que juega de opuesto atacante en Kalamata '80 equipo de liga profesional.

La sensación de espontaneidad vuelve a escucharse en la voz de este deportista agradecido al universo por llegar a la tierra de la mitología clásica a través de un trabajo que lo fortalece desde todo punto de vista. "Llego por el club que me contrata", comentó con la felicidad notable de estar en el "Miami Griego".

Ni siquiera el idioma puso en duda ese continuar sin rendirse por llegar a superarse. Y entre la fuente de entornos que pueden estar asociados a sus días, los compañeros de equipo tienen un lugar fundamental. Entonces el mensaje que llega desde el otro lado del Atlántico es que la unión es tangible y simplemente espectacular. "Vamos primeros en la liga porque en el equipo, la unidad se siente. Llegué sin saber que aquí se habla el inglés o el griego. Un uruguayo habla inglés y me está enseñando", expresó.

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Mientras fluyen las conexiones humanas, él intensifica el lenguaje con el que mejor se sabe comunicar; a base de entrenamiento, mediante una rutina replicada tres veces por semana, entre gimnasio y prácticas con pelota para estar listo cada sábado, momento en que defiende los colores de su club.

Es que desde que era niño, se había enfocado mentalmente hacia este punto en su carrera con todo lo que eso significa. "El vóley es todo para mí, en el sentido de que pasé por muchos momentos y ahora lo vivo distinto, lo disfruto más", dijo este exalumno de "El flaco" Muro. "A los 16 me fui para Buenos Aires a jugar a las inferiores en Boca. Primero, lo tomé como hobby porque cuando arranqué jugando iba a la escuela, después se me fue dando y tipo a los 19 o 20 años, me di cuenta que quería dedicarme a esto", confesó el profesional que contempla un futuro brillante, transcribiendo de una manera diferente esto que le toca exteriorizar.

"Mi primera experiencia cuando comencé fue con la liga nacional. Salí campeón el anteaño pasado, en Formosa y ahora estoy en un equipo, primero. Hasta el día de hoy es muchísimo, miro para atrás y me cayó la ficha de decir: 'íWow!'". Y es que cambió todo y de qué manera. "Tres años atrás yo decía: 'Voy a jugar en Europa', no sé cuándo, ni sé en qué país o en qué liga, pero lo voy a hacer", decretaba en algún momento de su adolescencia este jugador al ir descubriendo que todo se está dando mejor de lo que esperaba. Y aún más allí, cerca de la playa rodeado de un paraíso en el que Atenas, es la ciudad que deslumbra su mirada. "Conocí desde afuera la Acrópolis. Es enorme, el estadio de Olympiacos FC también", aseguró Rodrigo, quien degusta una gastronomía similar en sabores a la argentina. "Hay pastas, carne y se come cerdo y pollo", dijo el deportista resaltando la (musaka) -una especie de pastel de papas, pero con berenjenas en su interior-. "íDepende quién lo cocina es muy bueno!", reafirmó este jujeño que no deja de extrañar a su familia, a sus amigos y a esa tradición de comer asado luego del "fulbito" 7. Fue el instante exacto en que se vio conmocionado ante su sensación por el nuevo campeón que nació de América del Sur y entre elogios a los jugadores, definió -sin dudar- a la Selección Argentina de fútbol como lo más en Qatar 2022, siendo un suceso que no fue ajeno a su sentido de pertenencia.

"Fue impresionante. Aquí en Grecia aman a Argentina, lloraron cuando salimos campeones", indicó convencido que la selección llegaría lejos. "Yo juego un deporte de equipo y para poder ganar un torneo necesitas que esté compacto". Un momento inolvidable para los argentinos dispersos en el globo, ensamblados en un sentimiento inigualable. "Nos tienen como muy pasionales", dijo el jujeño cuyo anhelo es mantener su carrera en Europa por cinco años más y lograr ascender. "Sólo quiero enfocarme en jugar", expresó contento de adaptarse a aquello que tanto había idealizado, en un paraíso terrenal.