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"En la banda Nano es muy feliz y encontró su lugar"

Una madre defendió tenazmente a su hijo "Nano" con síndrome de Down y en el camino creó una asociación.
Miércoles, 08 de febrero de 2023 01:00

“NANO” MAMANÍ | CON SU REDOBLANTE, JUNTO A SU MADRE GLADYS ROMERO

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“NANO” MAMANÍ | CON SU REDOBLANTE, JUNTO A SU MADRE GLADYS ROMERO

Cuando excluyeron a su hijo adolescente "Nano" de una banda de música en la que tocaba, Gladys Romero recurrió a todas las herramientas posibles para defenderlo de ese acto discriminatorio. Logró que volviera superando una vez más otro de tantos escollos para los chicos con síndrome de down, y luego creó una asociación donde asisten sus otras dos hijas y decenas de adultos acceden a actividades de integración y recreación.

CON SUS HERMANAS | FLAVIA, TAMARA Y ESTEFANÍA ANTES DE UNA PRESENTACIÓN

En San Pedro, pocos saben que la Asociación Civil Nano está por cumplir 13 años y que surgió del dolor de una madre quien salió a defender a su hijo del corazón Edgardo José "Nano" Mamaní, en cuyo honor se bautizó a la entidad. Vio su carita por primera vez cuando tenía dos años y meses, ese año superó una cirugía del corazón, que se renovó a los cinco años, y aunque no fue nada fácil lograron salir adelante. "Sabíamos que tenía problemitas delicados, tuvo dos cirugías del corazón, tuvo la primer cirugía a los 5 años y la segunda a los 7 años. La pasamos mal esos años", explicó Romero.

Recordó que por entonces su hijo iba a la Asociación "Todos juntos" que siguió hasta los 8 años, y destacó que siempre fue muy sociable y siempre pensó que podía hacer muchas cosas como de hecho lo demostró. Hizo lo posible por incentivarlo, iba a psicóloga, pedagoga, fonoaudióloga y tras completar la escuela primaria, y aunque asume que le cuestionan por qué no lo envió al colegio secundario. "Una vez que entró a la Banda de Música de la Policía ya no quiso ir más a la escuela, su pasión es la música", explicó su madre, Gladys Romero.

EDGARDO “NANO” MAMANÍ

Luego de tres años, al cambiar el director de la banda, lo excluyeron de la misma. "No me lo querían recibir. En una nota que me enviaron pusieron que él padecía síndrome de Down. Sacarlo de ahí era una locura para él, y comencé a luchar", explicó.

Fue el inicio de la lucha en defensa de su hijo por lo que acudió al Inadi, al Defensor del Pueblo y con un abogado particular se inició un juicio y se comprobó la discriminación ya que tenía cómo hacerlo. "Siempre le filmo, le saco fotos, porque para mí son logros. Además de tener una discapacidad tiene muchas capacidades", aclaró y explicó que al ganar el juicio Nano pudo volver a la Banda de Música que tuvo que crear el cadete Nº 31.

EN FAMILIA | NANO MAMANÍ, SU MADRE GLADYS Y SUS HERMANAS HACE AÑOS

También hubo un compromiso de no sacarlo de la banda a los 21 años e incorporarlo a la fuerza policial. Romero ponderó que se haya cumplido y así fue que Nano pasó a pertenecer al Ministerio de Seguridad y toca en la Banda de Música hasta la actualidad.

"Ahí él es feliz, encontró su lugar. Empezó con el tambor y toca redoblante, canta", explicó destacando las habilidades de Nano quien actualmente tiene 28 años, y continúa yendo a un ballet folclórico también.

Con la actividad la mujer demostró que su empatía va más allá de su instinto materno, que supera lo biológico. Además de Nano adoptó posteriormente a dos niñas más, Tamara ahora de 24 años, quien tiene parálisis cerebral e inmovilidad miembros superiores e inferiores, y Estefanía con otra discapacidad, retraso madurativo, hoy de 25 años. Tuvo también dos hijos biológicos, Flavia y Pablo, y uno de sus tres nietos nació con discapacidad.

El año pasado buscaron a la familia biológica de Nano, encontraron a su madre y a seis hermanos que se pudieron conocer.

Tienen 72 alumnos

En esa disputa judicial aprendió no sólo a defenderlo sino que sumó otro desafío al aceptar crear la Asociación civil Nano que hoy persiste como centro cultural, de integración y recreación para adultos con discapacidad. Agradeció al gobierno provincial que se puso a disposición y la entidad creció, en 2022 tuvo una matrícula de 73 personas, le entregaron un terreno y prevén en meses comenzar la obra de su sede.

Trabajan en la Parroquia San Pedro de Río Negro dictando talleres de repostería, panadería, manualidades, folclore con el ballet Cura Brochero, alfabetización y otros, y el gobierno provee de docentes de educación especial y cocineros, ya que gracias a la gestión del padre Daniel Vaca, cuentan con desayuno y almuerzo.