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Insólito: le donó un riñón a su jefa, fue perseguida en el trabajo y la despidieron

Lo que menos imaginó es que su empleadora la echaría del trabajo tras haberse ausentado por estar transitando el postoperatorio.

Sabado, 11 de marzo de 2023 11:24

Ya pasaron 11 años de un caso que recorrió el mundo entero, cuando Debbie Stevens, de 47 años, fue despedida luego de donarle un riñón a su propia jefa en Estados Unidos. 

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Ya pasaron 11 años de un caso que recorrió el mundo entero, cuando Debbie Stevens, de 47 años, fue despedida luego de donarle un riñón a su propia jefa en Estados Unidos. 

Resulta que Jackie Brucia de 61 años, padecía una grave enfermedad, por lo que necesitaba un trasplante de riñón y ella se ofreció a ser la donante. De todas formas, lo que menos imaginó es que su empleadora la echaría del trabajo tras la operación por haberse ausentado al trabajo por estar transitando el postoperatorio.

Vale destacar que el riñón de Debbie finalmente no fue compatible con el de su jefa, por lo que el órgano fue donado a otra persona.

Entonces, a los días, mientras la mujer se recuperaba en su casa tras haber pasado por el quirófano y para reponerse del postoperatorio, comenzó a recibir llamados de su jefa, la mujer que había sido trasplantada, quien le consultaba porque no estaba en el trabajo.

“¿Qué estás haciendo? ¿Por qué no estás en el trabajo? No se puede entrar y salir cuando se te plazca. La gente va a pensar que tenés privilegios”, le decía la mujer a Stevens, en aquel entonces.

En esa misma línea, su empleadora también comenzó a recriminarle errores laborables de la concesionaria donde las dos trabajan. Luego, con el paso de las semanas, Stevens fue derivada a otra sede, a 50 kilómetros de su casa, según ella misma detalló, como castigo.

Todo cambió rotundamente en el ambiente laboral de Debbie, por lo que le afectó tanto que comenzó a acudir a un psicólogo, que remitió una carta a la empresa. Como respuesta de eso, la mujer fue despedida.

“Decidí convertirme en un donante de riñón para mi jefa, y ella se llevó mi corazón”, lamentó Stevens, y sumó: “Me siento muy traicionada. Esta fue una experiencia muy dolorosa y horrible. Ella tomó mi regalo, lo puso en el suelo y lo pateó”.

De todas formas, pese a que su riñón no fue para su jefa, aseguró que no se arrepintió de haber hecho eso. “Salvé la vida de un hombre en Missouri”, confirmó la mujer en una charla con The New York Times.

Tras esto, Debbie presentó una demanda ante la Comisión de Derechos Humanos de Nueva York, por lo que espera recibir una compensación económica por el maltrato y además que le devuelva el riñón. Actualmente, Debbie se encuentra sin trabajo.

 

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