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"El cáncer despertó en mi la fe y la oración"

"La gracia del Señor me marcó un camino de amor al prójimo", dijo María Eugenia Gasparovic.
Miércoles, 15 de marzo de 2023 01:00

"Valientes los que recogen sus propios pedazos y se arman solos" pero para ello recurren a la fe, a la oración propia esa que surge del alma, del corazón y que rápidamente llega a María, Madre del señor y de la humanidad y como intercesora redescubrir a Dios para agradecerle más allá de la pregunta, de los interrogantes.

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"Valientes los que recogen sus propios pedazos y se arman solos" pero para ello recurren a la fe, a la oración propia esa que surge del alma, del corazón y que rápidamente llega a María, Madre del señor y de la humanidad y como intercesora redescubrir a Dios para agradecerle más allá de la pregunta, de los interrogantes.

María Eugenia Gasparovic es una joven mujer jujeña, nacida y criada en la "ciudad feliz" denominación impuesta al barrio Mariano Moreno por el recordado locutor Hugo Conde, que con los años fue superando las adversidades hasta que un día, hace muy poco sintió por primera vez que el mundo se derrumbaba porque en sus oídos retumbaba como el tañer de una campana la palabra cáncer.

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"Cuando el resultado de la biopsia es cáncer suena distinto porque es uno quien la recepciona", afirmó María Eugenia Gasparovic, quien irradia una energía especial, además de mostrarse coqueta, sencilla y a la vez segura de lo que dice, qué quiere y a dónde apunta.

En la plenitud de la vida, esta licenciada en Biología, primera promoción de la Facultad de Ciencias Agrarias de Jujuy, coaching en programación neuro linguística y diplomada en Pastoral Carcelaria en Cebitepal estudios realizados por zoom y que la acercaron al presbítero Aldo Javier Ramos, el capellán del Servicio Penitenciario de Jujuy.

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"El 2020 fue un tiempo especial, donde la pandemia nos ponía en una situación de aprendizaje y de replantearnos muchas cosas, sumado a la muerte de una hermana con cáncer de mama y arrastrando una serie de complicaciones de salud, ya que en los últimos 20 años, mi historia clínica habla de muchos quistes de ovarios y fibromas, debiendo soportar cuatro operaciones para extraer esos quistes que siempre dieron negativos", aclaró nuestra entrevistada.

Con sus grandes ojos color miel, en diálogo con El Tribuno de Jujuy, recordó que en medio de una profunda crisis familiar "pero con mi vida laboral armada, instalada nuevamente en la casa de mi madre, la escritora Elva Meles, única de las poetas del ámbito jujeño que cuenta en su haber con el primer premio del Fondo Nacional de las Artes, excelente abuela, ama de casa pero con un rumbo puesto en Salta y Tucumán y con una gran proyección nacional, la vida me puso una zancadilla", subrayó a la vez que nos regaló una amplia sonrisa.

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"Durante los meses de enero y febrero del 2022 tenía dolores de estómago y una noche al tocarme el vientre note una pelota que motivó que de inmediato activara todos los mecanismos de defensa y al visitar a un ginecólogo pudieron determinar que un quiste que había sido controlado de manera permanente había crecido de tal manera que requería de una operación de urgencia", remarcó.

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María Eugenia Gasparovic contó que "fue a partir de ese momento que comencé a estudiar la diplomatura de Pastoral Carcelaria con la ayuda del padre Aldo Ramos, capellán del Servicio Penitenciario y después de que me realizaron la tercer quimio decidí que debía romper con esa inacción ya que sentía que caía en un pozo profundo sin fondo". Agregó que en menos de sesenta días, la operaron dos veces y que allí aparecieron los miedos. "Pero fue cuando comencé a propuesta del padre con un curso destinado a los internos de la Unidad Nº 7 y aprendiendo que podía amar al prójimo como Dios nos enseña, me acerqué como nunca a la Iglesia, confesión, asistencia a misa escuchar la palabra, a tener mi hora de contemplación con la ayuda del padre Jesús Villa y con el curso a los internos 'Una formula para verme, escucharme y sentirme mejor', fue una enseñanza de ida y vuelta".

Finalmente y a modo de reflexión señaló que "las señal del amor de Dios la recibí de tal manera que me permitió dedicarme al otro sin prejuzgar y aceptando y perdonando con fe y mucha oración". Gasparovic hizo público su agradecimiento a su mamá, sus hermanos, compañeros de trabajo, amigos y las personas especiales que Dios puso en su camino.

 

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