Fotos enmarcadas, recortes de diarios y revistas, camisetas de todas las campañas y hasta una urna donde se alojan los más caros sentimientos de un hincha que estuvo presente en todos los momentos de Gimnasia y Esgrima de Jujuy, desde los viejos regionales y ligas locales, hasta los ascensos a primera división de los años 1993/94 y 2005.
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Fotos enmarcadas, recortes de diarios y revistas, camisetas de todas las campañas y hasta una urna donde se alojan los más caros sentimientos de un hincha que estuvo presente en todos los momentos de Gimnasia y Esgrima de Jujuy, desde los viejos regionales y ligas locales, hasta los ascensos a primera división de los años 1993/94 y 2005.
De esta manera nos recibe Jerónimo Tolaba en su Taller de Chapa y Pintura ubicado en el barrio Cuyaya. Casi que se puede palpar en el aire el sentimiento genuino del famoso "Tolabasky", ese que habitualmente vemos con el Lobo al hombro todos los fines de semana en el estadio 23 de Agosto cada vez que Gimnasia juega de local.
Hablar de Gimnasia y Esgrima de Jujuy, es recordar cosas lindas y también tragos amargos, un nudo en la garganta invade la charla con el fervoroso hincha del "Lobo". Sufrir, llorar, alegrarse, es algo cíclico para los que vibramos al compás de una pelota, es como si fuera el común denominador de cualquier hincha de un equipo argentino.
Pero la certeza que podemos encontrar durante la charla es que la pasión no se negocia, "coseché amigos por todo el país, que recorrí de punta a punta gracias a Gimnasia. Poder alentar a un equipo de tantos años y tanta trayectoria es algo magnifico sobre todo cuando estás jugando en la Primera División, eso, es un orgullo grande para la provincia. Así también estuvimos cuando nos tocó descender, el verdadero hincha está en las buenas y en las malas".
A su vez recuerda, que durante sus viajes a otras provincias "siempre fue un orgullo tener la camiseta de Gimnasia y mostrar que soy jujeño".
La pasión no entiende límites y por tu equipo llegan las promesas recuerda Tolaba, y nos adentra en una anécdota jugosa. Corría el año 1994 y el "Lobo" coqueteaba con el tan ansiado ascenso a la Primera División del Fútbol Argentino de la mano de Francisco "Pancho" Ferraro. Aquel 25 de junio 1994 Gimnasia tocaba el cielo con las manos tras superar por 3 a 0 a Central Córdoba de Rosario con goles de Mario Lobo y el "Chato" Rosas. Todo era alegría y felicidad en la provincia, pero las promesas hay que cumplirlas y fue así que emprendió su propia aventura peregrinando hasta la Virgen de Punta Corral. "Días después del ascenso agarré mis cosas y subí a agradecer a la Mamita del Cerro, fue una experiencia difícil ya que en todo momento estaba solo, durante el ascenso y el descenso para ver a la Virgen".
El icónico Lobo que lo acompaña a todos lados fue idea de la familia Adaro de la Agrupación Dale Lobo. "La idea siempre fue conservar las tradiciones de una cancha de fútbol, una trompeta, un silbato, un muñeco que buscan entusiasmar y contagiar a la gente. Hoy veo jóvenes que conocía desde chiquitos y me reconocen por el muñeco del Lobo, eso para mí es impagable".
Fueron muchos años visitando canchas como "La Bombonera", el viejo Chateau Carerras de Córdoba, Rosario y otros tantos estadios, rememora, y entiende que el hincha de fútbol debe ser respetuoso. Valores que hoy en día no se ven en los estadios.
Asimismo, anhela una hinchada unificada, "que lindo sería que cantemos todos juntos por Gimnasia".
Por último, el hincha de 72 años manifestó que Gimnasia y Esgrima de Jujuy es un club grande y como tal merece estar en la Primera División del Fútbol Argentino. "A los más jóvenes les pido que usen la camiseta de Gimnasia y muestren el orgullo de ser jujeño", finalizó.