En La Quiaca hubo este viernes un sencillo y emotivo acto en plazoleta de la Memoria, Verdad y Justicia del cual participaron familiares de desaparecidos, exdetenidos por el régimen militar, autoridades locales, organizaciones sociales y vecinos.
Para dar inicio al acto recordatorio, hizo uso de la palabra la presidenta del Concejo Deliberante, María Laime.
En su alocución, destacó la importancia de recordar el 24 de Marzo y que los colectivos sociales del presente, sepan nuestra historia para que no se vuelva a repetir.
Seguidamente, hubo un minuto de silencio y a viva voz, los asistentes recordaron a las mujeres y hombres puneños desaparecidos, con un "presente"!!!.
También, se escucharon palabras por parte de referentes de organizaciones sociales, familiares de desaparecidos y referentes de Derechos Humanos.
Todos coincidieron en que, los tiempos actuales reafirman la necesidad de valorizar y defender nuestro sistema democrático, que no es solo una forma de gobierno.
A continuación, familiares de las víctimas del terrorismo de Estado, dejaron un ofrenda floral en la plazoleta antes mencionada.
Cabe mencionar, La Quiaca no estuvo exenta a los apremios del Golpe Militar, durante la Pascua del 76 en todo el ejido urbano fronterizo, integrantes del Ejército Argentino y Gendarmería Nacional.
Llevaron adelante el operativo "Quena", saqueando casas, llevándose elementos de valor, deteniendo a comerciantes entre otros actos abusivos contra los pobladores ´puneños. Para finalizar, todos marcharon en silencio por las calles de la ciudad, recordando a las 30 mil desaparecidos del denominado, "Proceso de reorganización Nacional".
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Reflexión
Aquella frase del presidente Raúl Alfonsín, "con la democracia se come, se educa y se cura" tiene vigencia actual, porque aun cuando mucho se hizo y avanzado en ese sentido, falta un largo camino que recorrer.
Para quienes nacimos en plena dictadura, conocimos de niños la democracia y hoy gozamos de derechos individuales y colectivos. No es solamente recordar que un país se detiene un momento para mirar sus cicatrices, sino el compromiso permanente, de construir la memoria colectiva a partir de un consenso compartido.
Porque en definitiva, los Derechos Humanos son del pueblo, no le pertenecen a ningún político ni organización social.