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Cuando la danza clásica unió Jujuy a Nueva York

Los sueños se cumplen y eso lo sabe Valeria Pérez, quien se capacitó en una academia de EEUU.
Lunes, 06 de marzo de 2023 01:00

Con el halo de una juventud que no deja de envolverla, Valeria Pérez llegó a la conclusión de que no debe dejar de soñar en grande ni de resignarse a olvidar sus deseos.

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Con el halo de una juventud que no deja de envolverla, Valeria Pérez llegó a la conclusión de que no debe dejar de soñar en grande ni de resignarse a olvidar sus deseos.

Es así que comenzó a contar su historia en un momento que se tornó especial; cuando hizo un alto en sus tareas que la tienen como estudiante universitaria y recordó aquel instante que la llevó a volar para bailar en la Vassiliev Academy of Classical Ballet de Brooklyn, en Estados Unidos.

Sólo días faltan para que a nivel mundial, se celebre la figura de la mujer; y Valeria suplió con la palabra lo que en la realidad le sucedió. Así es que con un sentimiento de añoranza, compartió sus vivencias fuera del país.

Con sólo cinco años emprendió su camino en "Nuevo Estudio", espacio donde pasó diez años de su vida, aprendiendo de la danza clásica gracias a la directora y profesora Emilce Amalia Scilingo. Recibió una educación artística que traspuso al aparato cultural y le cedió el primer paso a la aventura.

Gracias a un talento en la expresión corporal que la hizo sobresalir en el escenario con 13 años cumplidos, pudo obtener diferentes becas para su especialización. Hasta que llegó el día en que una de ellas trajo consigo la posibilidad de capacitarse en una institución artística prestigiosa, pero ubicada en Nueva York.

"Fue muy emocionante porque recibí la beca en un certamen en Salta, representando al 'Nuevo Estudio'", develó. Y, entonces, las puertas del Vassiliev Academy of Classical Ballet de Brooklyn comenzaban a abrirse para ella.

"Yo no tenía planeado ir, lo veía como un sueño lejano que más adelante iba a cumplir. Pero Emilce Scilingo me convenció y ahí empezó todo", detalló la joven.

Entre notas presentadas a entes gubernamentales y sorteos, se sumó una presentación solidaria en el teatro Mitre para colaborar con el dinero destinado a los pasajes. "Personas bondadosas ayudaron y todavía estoy muy agradecida", comentó, movilizada por esta buena suerte que la colocó en la cresta de la danza y que fue vivida junto a la incondicional compañía de su madre.

El 2017 fue el año del primer viaje, pero llegó un segundo en 2018 y, un tercero, en el 2020. Y cada ocasión distinta a la anterior, pero en todas, con estadías de tres meses en NYC.

"En dos de los tres viajes a Estados Unidos, fui acompañada por mi mamá y el tercero, lo hice sola. En el primero estaba atónita porque era la primera vez que viajaba fuera del país y en avión", explicó.

Y cuando llegó al Vassiliev Academy of Classical Ballet -academia rusa de danza clásica-, todo fue espectacular para Valeria. A medida que el tiempo fue transcurriendo, se iban multiplicando las anécdotas y los aprendizajes, más. "El último viaje fue el más largo, porque fue cuando empezó la pandemia por el coronavirus", contó la jujeña que hizo nuevos amigos de distintos países y con los que durante la etapa de la cuarentena, se volvieron inseparables. "Hubo momentos en los que me sentía mal por estar lejos de mis seres queridos, sin saber ni cómo ni cuándo iba a volver al país, pero mis compañeros lograban que todo sea risas", comentó la bailarina que tuvo que adaptarse a una disciplina rigurosa. "Debíamos estar dos horas antes de la clase y retirarnos tarde por los ensayos. Las clases comenzaban a las 9 de la mañana y el subte tardaba una hora en llegar. El descanso duraba media hora", rememoró Pérez que asistía a clases de entrenamiento, contemporáneo, moderno y jazz.

Cada día era considerado como un nuevo desafío y eso la alentaba a seguir adelante, incluso, superando las expectativas de sus profesores. No obstante, debido a la pandemia y a la situación económica, debió regresar a Argentina. "Cumplí el aislamiento y con mi mamá que me llevaba la comida todos los días. Cuando la vi, me puse a llorar pero no podía abrazarla, así que sólo nos saludamos por la puerta", contó la jujeña que por fin había llegado a casa. Si bien, no regresó a Estados Unidos, entendió que como experiencia resultó ser la mejor, al sentir la danza en otro país.

"Cada persona que conocí cumple un rol muy importante en mi vida; el de madre, el de hermana mayor, el de amigo. Son importantes para mí y les tengo un gran afecto y aprecio", reveló Pérez que en la actualidad, estudia la licenciatura en Administración y Contaduría Pública en la Facultad de Ciencias Económicas y no imagina su vida sin dejar de bailar porque eso la hace muy feliz.