Si hay un animal independiente, perspicaz y muy observador, es el gato. Es un ejemplar único, cuya especie es Felis catus y se convirtió en doméstico a través de la historia.
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Si hay un animal independiente, perspicaz y muy observador, es el gato. Es un ejemplar único, cuya especie es Felis catus y se convirtió en doméstico a través de la historia.
Su naturaleza inquieta lo hace jugar mucho y, sobre todo, saltar. "Es importante proveerles de juguetes y rascadores. Les encanta jugar trepando y saltando por las paredes. Y siempre que se pueda, a las personas les sugiero que hagan repisas con diferentes alturas porque los gatos juegan, saltan y rascan para desestresarse", expresó el médico veterinario Osvaldo Sandi.
En cuanto a la alimentación de los felinos, es importante ofrecerles un alimento balanceado que sea de muy buena calidad para que su digestibilidad sea óptima.
"Eso los tranquiliza bastante", contó Sandi y explicó que los propietarios pueden ayudarlos con comida fisiológica. "Con pequeños pedacitos de carne o pollo, pero también necesitan los ácidos grasos que son omega 3 y omega 6", comentó.
Como son seres especiales, el bebedero de agua debe ubicarse en lugares convenientes -es decir- que le dé cierta privacidad mientras tomen agua. "Hay que cambiarles por lo menos dos o tres veces al día, a los gatos les gusta tomar el agua en movimiento de un grifo que gotea", dijo.
"Las bandejas sanitarias donde los gatos producen la deposición de materia fecal y orina deben estar en un espacio en el que ningún otro animal pueda acercarse cuando este las utilice y también deben estar alejadas de conductos de aire o electrodomésticos que puedan encenderse inesperadamente mientras el animal esté usándolas", explicó Sandi, afirmando que deben mantenerse limpias y asearse regularmente, por lo menos una vez a la semana y con detergente suave para no producir ningún aroma.
El médico veterinario explicó que los gatos son propensos a tener problemas urinarios, enfermedades renales y vesicales. "Todo eso tiene que ver con una base de estrés y alimentación, eso va de la mano en los gatos para que tengan problemas urinarios", detalló. Por lo general, los gatos adultos desde los tres y hasta los ocho años son propensos a tener problemas urinarios. Muchas veces el estrés tiene que ver con que si llegó un nuevo integrante a la familia, como por ejemplo, un perro que ladre todo el tiempo y el gato se estresa o también debido a un cambio de vivienda, los cambios dejan muy ansioso al gato.
Una situación de estrés para el gato es, por ejemplo, si llega un niño nuevo a casa que lo toque para acariciarlo o lo persiga por todos lados. El otro motivo tiene que ver con la calidad del alimento, que puede ingerir para que se produzca la obstrucción.
"Un gato es muy sensible al alimento balanceado de mediana a baja calidad, porque eso le produce muchos urolitos, que son cálculos urinarios y se produce una sedimentación que termina taponando la uretra peneana del gato que es muy finita y la vejiga trata de eliminarlos", explicó.
Es interesante destacar que los síntomas que tienen los felinos al no poder orinar, es que se ponen en posición para hacerlo y al no efectuarlo con naturalidad, grita, llora y se queja a través de un maullido de dolor.
"Al principio comienzan con una polaquiuria que significa que orinan de a poquito, en forma de goteo. Eso ya es un aviso de que se va a obstruir. Se ve que orina un poquito en cada lado en forma de gota y como que se queda un rato tratando de evacuar toda lo que tiene la vejiga. Después se convierte en una patología grave que se llama urea porque deja de orinar, ni siquiera en forma de goteo", contó el médico veterinario que recomendó que ante cualquier anomalía urinaria en el felino, como síntomas presentados por el animal, sea que no pueda orinar o que lo haga con sangre, se recurra inmediatamente al veterinario, debido a que la evolución de la enfermedad es rapidísima y muchas veces cuando llegan a la veterinaria, es tarde.
Accionar ante pacientes
“Cuando llega un paciente con síntomas de dolencias urinarias, lo primero que se realiza es una ecografía de toda la parte urinaria, riñón y vejiga. Muchas veces observamos que la vejiga está llena de sedimentos, que se llaman microurolitos. Y pregunto qué come o si hubo algún cambio en casa, por el estrés de los gatos”, afirmó Osvaldo Sandi, quien dijo que si se constata que tiene microurolitos, se diagnostica que puede haber una obstrucción. “Se ve la vejiga llena de orina y en ese momento se canaliza, para utilizar anestesia y así lo canalizamos. Hay que hacer fluidoterapia y se procede a desobstruir para tratar de sacar la orina con masajes primero y, si no se puede en 45 minutos, luego con sonda”, aseguró. Luego, el felino debe ser internado y se le deberá extraer sangre para conocer el funcionamiento de sus riñones.