Gimnasia vivió una noche negra. Una de las peores de los últimos tiempos jugando en el estadio "23 de Agosto". El tres a uno que sufrió en manos de Independiente Rivadavia, por la décima fecha de la Primera Nacional, significó un duro golpe a la ilusión del hincha, que desde la llegada de Mario Gómez respiraba otros aires.
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Gimnasia vivió una noche negra. Una de las peores de los últimos tiempos jugando en el estadio "23 de Agosto". El tres a uno que sufrió en manos de Independiente Rivadavia, por la décima fecha de la Primera Nacional, significó un duro golpe a la ilusión del hincha, que desde la llegada de Mario Gómez respiraba otros aires.
Ya al promediar el complemento se escucharon algunos silbidos y cánticos en contra de los jugadores, mientras que el final, los reproches se hicieron sentir en los cuatro costados de la cancha.
El "lobo", a la hora del balance, quedó claro que pagó carísimo sus errores defensivos puntuales. En la primera etapa no había pasado demasiado. La "lepra" se había mostrado más incisivo con un Matías Reali -justo un exGimnasia- imparable, bien asociado con Ezequiel Ham y Alex Arce.
Pero el encuentro se abrió cuando Reali enganchó en el área y Cosaro lo derribó frente al árbitro Monsón Brizuela. Penalazo que Arce cambió por festejo.
FUE DERROTA/ GIMNASIA CAYÓ TRES A UNO ANOHE EN MANOS DE INDEPENDIENTE RIVADAVIA.
El incansable Brandán, lejos el jugador más lúcido del dueño casa, probó de fuera del área y el balón pasó cerca del travesaño, pero en la acción siguiente Cazula perdió el balón sobre la salida. Y en el retroceso buscando enmendar su error, tuvo la desgracia que la pelota rebotó en él, descolando a Lucchetti. El dos a cero pareció lapidario.
Gómez intentó torcer el rumbo con variantes en los primeros minutos del complemento, pero no alcanzó.
Independiente Rivadavia cuidó el resultado en su campo, cediendo el espacio y el balón a los "albicelestes", que no supieron qué hacer.
Si bien hubo algunas buenas intenciones, no fue suficiente para inquietar a Gagliardo, salvo un cabezazo de Hernández que lo encontró bien ubicado.
Encima, de contragolpe, Arce metió el tercero para bajar el telón. Ya en tiempo de descuento, Hernández tuvo su revancha personal y marcó de cabeza el descuento, que implicó al menos no sufrir una goleada en Jujuy. Ahora será tiempo de mirar hacia adentro y hacer un correcto análisis de lo que sucede, ya que así será imposible pelear un ascenso.