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Mantener una campaña limpia

Lunes, 17 de abril de 2023 01:03

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A veinte días de las elecciones jujeñas, han quedado definidas oficialmente las listas de candidatos, gracias al trabajo intenso y contrarreloj de dirigentes y apoderados de los frentes y partidos, junto a la tarea del Tribunal Electoral que preside el titular del Superior Tribunal de Justicia, Federico Otaola, del Secretario Electoral, Alejandro Ezequiel Glück y su experimentado equipo de colaboradores. Los desencuentros más lacerantes y hasta crueles, se dieron en la intimidad de las fuerzas políticas. Pero hacia afuera, si bien hubo disputas e impugnaciones, se debe destacar que todos los planteos y sus posteriores rechazos o aceptaciones, se resolvieron en el marco de lo estrictamente legal. Todo eso ya fue. Ahora con los votos listos para ser impresos, es el momento en que los jefes de campaña y cada uno de los candidatos, cuiden la limpieza de la contienda electoral y la observancia de los códigos de convivencia. Es lo menos que pueden ofrecer a la ciudadanía jujeña, que como la de todo el país, se manifiesta mayoritariamente descreída y harta de una clase política que desde hace tanto tiempo mantiene la deuda de no haber podido, querido, o sabido darle las respuestas que mejoren su calidad de vida y generen su percepción de un futuro digno de ser vivido. Si a esa auténtica deuda los candidatos y sus estrategas le agregasen episodios de malsana agresividad, carpetazos, aprietes, agravios o insultos, este último tramo electoral no sólo se recordará como berreta, sino como prólogo de otro tiempo de desencuentros entre facciones ansiosas de poder, que viven de espaldas a las esperanzas y necesidades de los votantes. Especialmente se espera esta sensatez, de quienes inmersos en el manejo de las redes sociales, plataformas que se pueden convertir en una magnífica herramienta de campaña o en la cloaca más nauseabunda donde los anónimos personeros de un submundo ajeno a la salud social de la competencia política, terminan bajando la calidad de un proceso electoral y de sus protagonistas. Los casi 380 mil electores de Jujuy, que ya no mastican vidrio, aunque los subestimen, premiarán o castigarán esas "picardías".

En Jujuy, se estaría perfilando un fuerte bipartidismo entre el gobernante Frente Cambia Jujuy y el fortalecido Frente Justicialista. Carlos Sadir y Alberto Bernis reengancharon al convoy de su campaña a la poderosa locomotora de Gerardo Morales, (en un impasse por un problema de salud que ya superó). Rubén Rivarola y Carolina Moisés, entusiasmados porque sus consultores les aseguran que recuperan la histórica pasión de los peronistas con su intensa actividad, se anotan con altas expectativas. La izquierda de Alejandro Vilca y Betina Rivero, con renovados bríos espera volver a sumar a la tropa propia a una legión de "descontentos castigadores" que en otras ocasiones les arrimó un caudal importante. Otros frentes y partidos, y decenas de colectoras van por la provincia y las intendencias. Pero más que en anteriores elecciones, todos, lucharán contra los enemigos silenciosos e invisibles: el voto en blanco y el ausentismo. Y aquí podría influir mucho la calidad de la campaña que ofrezcan en estos últimos días.

El modelo "campaña sucia" está claro a nivel nacional, pero con características muy especiales: allí, los principales actores de la vida política, trabajan para el enemigo. En la coalición gobernante siguen en franca tensión los encontronazos entre el kirchnerismo y el albertismo. Cristina jugando al misterio, dijo que no será candidata a nada, pero desechó la posibilidad de un retiro a la plácida vida familiar de cuidar los nietos. "Que se olviden de eso", dijo, y reinstaló la esperanza de los que la quieren dispuesta a un tercer mandato. Alberto Fernández cada día más desdibujado busca en el exterior respaldos y simpatías que perdió en Argentina. Sus adversarios internos que no logran disuadirlo de su reelección, aseguran que con la lapicera presidencial y la presidencia del PJ nacional, todavía tiene un "poder de daño" que no se debe desmerecer. Para mal de todos, Sergio Massa, el mago traído por un milagro económico, tiene el dólar a $ 400, la inflación en 7.7% (anualizada en 104,5%) y el riesgo país en 2400 puntos. Además, dicen, ya no soporta el asedio interno por la fragilidad y la corta duración de sus decisiones, casi todas contrarias al credo K. Todo es sin quererlo, una campaña a favor de los adversarios. Pero la coalición opositora, a su vez, muestra cada día una exasperante tendencia a la autodestrucción, a pesar del cotidiano juramento de mantenerse unidos hasta la victoria. En el PRO, los más mediáticos y promocionados, la lucha frontal entre macristas (Mauricio y Jorge Macri, Patricia Bullrich, Maria Eugenia Vidal, Facundo Manes) y larretistas (Horacio Rodríguez Larreta, Fernán Quirós, Soledad Acuña, y socios "externos" radicales Gerardo Morales y Martín Lousteau, y Lilita Carrió), y sus derivaciones por todo el país, no les permite aprovechar el escándalo del adversario para mostrarse serios y coherentes. Todos se hierven en su propia tinta, consolándose con el viejo axioma atribuido al ingenio de Napoleón Bonaparte: "Si ves a tu enemigo equivocarse, no se te ocurra interrumpirlo". Lo cual es cierto, pero como están las cosas, no les sirve a ninguno de los dos. Siguen agrediéndose, insultándose y hasta compitiendo con declaraciones altisonantes y autodegradantes. El que puede erigirse en hombre clave de consensos y seriedad, es el GM, si consolida en el tiempo que queda hasta las Paso, una UCR nacional sin "distracciones innecesarias". Que no haga como en el PRO. Pero quien gana en el caos, es Javier Milei, tildado de "amenaza", disruptivo, loquito y hasta exagerada e injustamente de hitleriano. El libertario, sin esfuerzos, suma y sigue, y muchos creen que si todo sigue igual, puede dar una sorpresa mayúscula.

Por ahora, los jujeños, y especialmente los candidatos, debemos enfocarnos en una campaña electoral limpia y útil, para el 7 de mayo. Pero pensando también, en lo que vendrá después...

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