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Una vez más Tumbaya vivió su gran fiesta religiosa con la tradicional llegada de la Virgen de Copacabana de Punta Corral, celebrando sus Bodas de Oro de peregrinación, que fue coronada con el sentido homenaje a los excombatientes de Malvinas en el cuadragésimo primer aniversario de la gesta.
La pintoresca localidad quebradeña se vio totalmente desbordada por la llegada de más de cincuenta mil promesantes que con fervor, pasión y una profunda fe desandaron los veinticinco kilómetros para agradecer los favores recibidos algunos, y otros para implorar su protección y vivir un año más bajo la advocación de María, la Madre que apareció en medio de los cerros, en Estancia Chica, para prenderse definitivamente en el corazón de los jujeños que la adoran con profunda pasión.
"Peregrino, por el amor a la Virgen, ensancha el espacio de tu carpa", fue el lema con el que la comunidad de la parroquia Nuestra Señora de los Dolores recibió con los brazos y el corazón abierto a los peregrinos que llegaron hasta ese lugar desde hace una semana.
En la misa central oficiada por el obispo diocesano de Jujuy, monseñor César Daniel Fernández, el pastor de los jujeños expresaba: "Nos falta muchas cosas, tenemos tantos problemas, pero tenemos una riqueza muy grande que es la fe".
El oficio religioso celebrado en el atrio de la colonial parroquia y seguido por una gran multitud recién llegada del cerro, escuchó con una gran emoción cuando el obispo Fernández señaló: "La fe es lo que nos hace mirar al cielo", agregando que "subir al cerro es como subir al encuentro con Dios".
En medio de un profundo silencio y ante fieles rendidos por el cansancio, pero especialmente por haber concretado la proeza de cumplir con la Mamita del Cerro, escuchaban extasiados cuando el obispo jujeño remarcaba: "Celebremos en esta Semana Santa esta verdad, que es la fe".
En la noche de ayer y de manera espontánea cada banda de sikuris no solo acompañó a la imagen de la Virgen a lo largo de más de doce horas sino que con afiches, pancartas y banners recordaron y honraron a los héroes de Malvinas, a los que quedaron en la isla y a quienes regresaron al continente.
Con esta gran fiesta de Domingo de Ramos, la comunidad católica jujeña se apresta a vivir la Semana Santa y como dijo el obispo César Daniel Fernández, "no son vacaciones, es el tiempo que los cristianos debemos dedicarle a Dios y buscar el perdón a nuestras faltas".