Caminar aprisa por las calles del centro capitalino, quizás en una rutina automática, puede quitar a la gente el placer del arte efímero y urbano. Ahora, por ejemplo, bien valdría detenerse unos minutos en la calle Bustamante casi esquina Belgrano para apreciar la muestra "¿Qué puede salir más?".
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Caminar aprisa por las calles del centro capitalino, quizás en una rutina automática, puede quitar a la gente el placer del arte efímero y urbano. Ahora, por ejemplo, bien valdría detenerse unos minutos en la calle Bustamante casi esquina Belgrano para apreciar la muestra "¿Qué puede salir más?".
Al paso, gratuita y autoexplicativa, las xilografías tienen la potencia de dejar en un segundo plano las paredes descascaradas y grafiteadas de un sector abandonado próximo al corazón comercial y turístico de la ciudad.
Se trata del "resultado de un taller realizado en Monte casa de arte, un espacio dedicado a las artes visuales", según se puede leer al final de las obras. Los creadores son "un grupo de artistas bajo la guía de la experimentada maestra y grabadora Liliana Pedraza y el artista plástico Nicolás Anún".
Si primero se miran y después se lee, no haría ni falta decir que "es un homenaje al poder del arte, capaz de transformar lo cotidiano en lo extraordinario, de inmortalizar momentos efímeros y de expresar el alma humana en su máxima plenitud" y que "es un encuentro mágico donde las calles se visten de poesía y la madera susurra secretos".
La síntesis de este "programa de mano" fijado al muro señala: "Los invitamos a sumergirse en el éxtasis de 11 grabados, cada uno portador de un universo propio". Los autores son Agustín Mercado, Catalina Osácar Nicastro, Daniela Velázquez, Josefina Calo, Liliana Pedraza, Lucía González, Nallibe Abraham Baucis, Nicolás Anún, Raymi Makallé Taborda, Rebeca Azucena Michel Benencia y Yazmín Carhué López.
Ellos "con manos pacientes y almas inquietas han tallado sus sueños en la madera, en un taller que desafió al tiempo y dejó que la belleza emerja desde lo más profundo. Cada trazo es un suspiro, cada línea una melodía que habla de la esencia misma de nuestra existencia".
Hay rostros, animales, flores, personajes, paisajes, frases, con marcos coloridos y el marrón del papel madera.
Una lluvia o el tiempo los irá borrando, quizás hasta sufran daños adrede, pero con que alguien deje aunque sea por un instante la vorágine actual y los disfrute, el objetivo ya estará cumplido.
Una muy buena instantánea citadina que podría replicarse en otros rincones olvidados.