Gabriela Arias Uriburu presentó el libro "Vínculos II", la profundización del bet seller que lanzara hace diez años con el nombre "Vínculos".
inicia sesión o regístrate.
Gabriela Arias Uriburu presentó el libro "Vínculos II", la profundización del bet seller que lanzara hace diez años con el nombre "Vínculos".
Respecto a su historia, que devino en muchos escritos y de esta presentación en particular, habló en "El Matutino", magazine de El Tribuno Plus.
Al comenzar, con mucha alegría agradeció el espacio y se mostró feliz de hablar para el público jujeño, ya que su abuelo materno nació en estas tierras.
La escritora comenzó este periplo de autoconocimiento en 1997. Leyendo a Carl Jung (médico psiquiatra, psicólogo y ensayista suizo) descubrió que había cosas que tenía que resolver internamente, para que el afuera comenzara a resolverse. "Aceptar, comprender y aplicar esto me llevó muchísimos años", expresó la Arias Uriburu.
"Vínculos II" habla de una grieta dentro nuestro, al decir de su autora, quien lo justifica alegando que "cuando estoy viviendo una situación de lucha frente a otro, estoy hablando de guerra, que está adentro mío. Puedo decidir quedarme atrapado en la guerra de afuera, pelear, culpar, violentar, llenarme de violencia, quedarme como víctima de la que me hizo el otro o voy hacia adentro y comienzo a trabajar con la estructura víctima victimario. Yo soy la que produce esa violencia. Hay que ser muy valiente para mirar ese mecanismo adentro".
Este nuevo libro es un compañero de vida, que viene a traer reflexión, a iluminar la noche oscura del alma, a decirte que se puede, que es difícil, pero es posible. Tiene mucho de autobiográfico, ya que la autora cuenta experiencias y lo que le fueron arrojando la filosofía, la psicología y las nuevas ciencias.
"Pretendo colaborar con la resolución del conflicto. Voy a ser un repetidor o un reparador de mi vida. Toda resolución es interna", expresó la escritora.
Gabriela Arias Uriburu contó que la escritura la conmueve desde muy pequeña. "Mi familia se burlaba de mí, soy la más chica, era la que siempre escribía, le hacía poemas a la luna, siempre muy romántica", recordó y sobre el hecho resonante que le tocó atravesar dijo que "la escritura fue una enorme fuente de transmutación, si no escribía alguna parte mía moría. Cada persona tiene una forma de canalizar".
Desde ese bagaje, de sueños, esperanzas y vivencias, surgieron sus libros, que pueden enmarcarse en la autoayuda, en mensajes de vida. Este nuevo "Vínculos", tiene una suerte de slogan que reza "si estás vivo, se puede" y la escritora amplió esto dejando mensajes de aliento, diciendo "muertos no podemos besar al amor, ni decir que amas. La vida nos convoca a resolver, a reunir lo que está separado, a sanar, pero en vida. Cuando nos levantamos, pensar que hacer en este día. Solo tenemos este hoy, anímate y hacerlo en vida. Reunite, hablá, porque estás vivo".
Gabriela Arias Uriburu aplicó todos estos mandatos para su interior, y así, fue obteniendo resultados. Hace un año está en pareja, un problema renal que la sorprendió, está en vías de solución. "Cuando aparece algo, me pongo a trabajar con mente cuerpo y espíritu", expresó.
Para finalizar, adelantó que en octubre realizará una gira por el Noroeste del país, y espera llegar a Jujuy para presentar "Vínculos II".
El amor como único lugar de encuentro
Gabriela Arias Uriburu, hija de un exembajador argentino en Guatemala, residiendo en ese país se casó con el jordano Imad Shaban, con quien tuvo tres hijos y del cual se separó luego de seis años. Habiendo seguido los pasos legales correspondientes, la justicia guatemaleteca le otorgó a la mujer la tenencia de Karim, Zahira y Sharif, los tres niños, que desde entonces, tendrían una triste transcendencia, ya que a fines de 1997, su padre se los llevó ilegalmente a Jordania.
Desde entonces, la brasilera nacionalizada argentina, movería cielo y tierra, trascendería estados y leyes, para reencontrarse con sus hijos. “Se veía como un divorcio contradictorio. Nadie miraba a los niños. Lo primordial era que los tres niños pudieran ver a su mamá. La justicia no actuó de forma vinculante. Se debe modificar el cómo el estado tiene que intervenir cuando a un niño le son vulnerados sus derechos”, dijo Arias Uriburu.
Fue un infierno, tanto para la madre como para los niños, pero “el milagro del amor hace que uno permanezca en el corazón de la persona que pensás, amás, recordás”, expresó la escritora, quien amplió el mensaje expresando “a través de la cabeza o nuestros pensamientos creemos que estamos distanciados de la persona que amamos, pero el amor no nos distancia jamás, hace que todo permanezca. Es difícil de comprender para la cabeza, pero no para el alma”. En ese momento, entre la valentía, el coraje, el dolor, Arias Uriburu puso como prioridad los derechos de sus hijos, lo cual la cambió a ella como mamá. “El niño es mucho más que papá y mamá. Somos la unión de nuestros padres. Nos debemos un trabajo enorme como adultos”, resaltó. “El primer año lejos de mis hijos fue un infierno y un milagro a la vez”, dijo la madre, que hoy sonríe.
De esos tiempos, rescató la presencia de sus padres en todo momento. Tuve las fuerzas de mis dos papás para concretar todo lo que hice, que es enorme; uno necesita la fuerza del origen para resolver cualquier situación. El origen ayuda a resolver nuestro presente”, manifestó. En una suerte de resumen de “Vínculos”, destacamos las palabras de la autora. “El otro, llámese hijo, pareja, juez, todo lo que nos vincula, habla de nosotros. No podemos vernos a nosotros mismos, sino que nos vemos a través de los sucesos, de los hijos, de la pareja. Generalmente lo que vemos son aspectos que nosotros erradicamos de nosotros mismos. El primer enemigo es interno, está adentro de nosotros”.