Pasaron más de 15 meses del cruento crimen del sereno Pablo Alejandro Maigua Palacios, hecho ocurrido en un predio ubicado detrás del barrio San Guillermo II de la capital jujeña y sus padres se mostraron preocupados porque la investigación está estancada.
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Pasaron más de 15 meses del cruento crimen del sereno Pablo Alejandro Maigua Palacios, hecho ocurrido en un predio ubicado detrás del barrio San Guillermo II de la capital jujeña y sus padres se mostraron preocupados porque la investigación está estancada.
El cuerpo del hombre de 34 años, fue hallado el lunes 7 de marzo del año pasado, tendido en una precaria casilla que había en el loteo San Pablo del barrio La Loma de nuestra ciudad capital, cuando un llamado al sistema de emergencias 911 alertó a los efectivos.
La autopsia que se le realizó al cuerpo del hombre, arrojó que fue ultimado de un certero golpe con un objeto contundente en la cabeza y además presentaba otras heridas en distintas partes del cuerpo.
La primera línea investigativa que siguieron los pesquisas, apuntó a un hecho en ocasión de robo, incluso el capataz del predio enumeró el faltante de dos baterías de máquinas, pero los informes de las pericias, demostraron que no fueron violentados los habitáculos.
Julio Maigua Palacios y Nancy Liliana Cari, padres del joven asesinado, descartaron de plano esta hipótesis y sospechan que el o los responsables del hecho, podría estar en su mismo entorno.
"Mi hijo medía más de 1.80 mts y sabía defenderse, fue atacado con un hierro y su cuerpo no tiene signos de defensa, es por eso que no creemos que fue en una ocasión de robo, para nosotros alguien conocido de él llegó al lugar", dijo Maigua Palacios.
"Han pasado más de 15 meses del hecho y todavía no obtuvimos respuestas de los investigadores, me dijeron que iban a mandar el celular de mi hijo a peritar con expertos de Gendarmería Nacional y todavía no se que resultados se obtuvo. Yo creo que con el análisis del celular de mi hijo, se puede establecer con quién tuvo contacto las horas previas a su muerte y también qué personas activaron su teléfono cerca de donde trabajaba mi hijo. Nadie puede explicarme qué pasó con mi hijo y el tiempo pasa y tengo miedo que se haya dejado de investigar", dijo Nancy Cari.
Nuestro diario pudo saber que en un primer momento, se ordenó la detención de un hombre que frecuentaba el lugar y dejaba animales para que pasten alrededor del predio que cuidaba Maigua Palacios, quien coincidentemente había resultado ser familiar del sereno.