El merendero "Pica Piedra" sigue abriendo sus puertas para los niños que necesitan el alimento de cada día. Aunque la realidad sea difícil, este espacio de contención sigue habilitado para abrazar a ciento sesenta personitas que menos tienen. "De un tiempo a esta parte, estamos comprando la mercadería y por los precios justamente ha empezado a faltar. Nosotros hacemos lo necesario así que seguimos adelante, tirando a pesar de las circunstancias. Pero nos arreglamos con los chicos acá", comentó Yolanda Gaspar, referente del merendero.
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El merendero "Pica Piedra" sigue abriendo sus puertas para los niños que necesitan el alimento de cada día. Aunque la realidad sea difícil, este espacio de contención sigue habilitado para abrazar a ciento sesenta personitas que menos tienen. "De un tiempo a esta parte, estamos comprando la mercadería y por los precios justamente ha empezado a faltar. Nosotros hacemos lo necesario así que seguimos adelante, tirando a pesar de las circunstancias. Pero nos arreglamos con los chicos acá", comentó Yolanda Gaspar, referente del merendero.
Siempre es un nuevo comenzar en este hogar donde los pequeños sonríen al encontrar una ayuda valiosa tanto para ellos, como para sus familias. Así, el trabajo sigue siendo constante a fin de sobrellevar de una manera digna, la situación económica actual. "Seguimos nosotros en el merendero, las ganas no faltan y a veces la mercadería no nos alcanza, pero seguimos", destacó Gaspar. Y es que desde la manzana AP6, lote 15 Remanente 1 de las 150 Hectáreas, los días lunes y miércoles a partir de las 18 horas; se renueva la satisfacción de colaborar con los demás, sin fines de lucro.
"Sería bueno si la comunidad nos puede ayudar con azúcar, sémola, arroz, aceite, leche y cacao. Eso es lo que se necesitamos para realizar la merienda diaria", expresó la encargada que debe comprar cada ingrediente de a poco, dosificando los comestibles en la medida de ir variando la opción de sabores.
Todo por el bienestar de los pequeños que se acercan con sus recipientes para llevar el alimento. "Se siente lindo ayudar a los que lo necesitan. Los niños se van felices a sus casas con la merienda calentita", recordó. La colaboración comunitaria es posible a través de té, leche con cacao, maicena, pastaflora, tortillas, bizcochuelo, tortas fritas y galletas. "Es algo hermoso para ellos y la familia completa", destacó Gaspar que reflexionó sobre su pasado al respecto. "Yo lo hago para que ellos no pasen por el hambre que yo pasé y que tengan una merienda rica", finalizó.