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Nosotros, los de la guardia vieja

Creemos que se debe leer mucho, escribir bien, respetar la ortografía, la correcta construcción de textos.
Miércoles, 07 de junio de 2023 01:00

Las cifras son intimidantes: una investigación del Columbian Journalist Review, basado en datos de la Oficina de Estadísticas Ocupacionales de los Estados Unidos, citado por el periodista Andrés Oppenheimer, en su libro "Sálvese quien pueda", relevó que desde el 2005 al 2019, los periódicos habían despedido 25.000 periodistas y los medios digitales habrían contratado 7.000. Y aunque el crecimiento desmedido de los medios digitales ha creado trabajos, no ha logrado compensar las pérdidas de empleos en los diarios. El modelo se replicó y creció en todo el mundo.

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Las cifras son intimidantes: una investigación del Columbian Journalist Review, basado en datos de la Oficina de Estadísticas Ocupacionales de los Estados Unidos, citado por el periodista Andrés Oppenheimer, en su libro "Sálvese quien pueda", relevó que desde el 2005 al 2019, los periódicos habían despedido 25.000 periodistas y los medios digitales habrían contratado 7.000. Y aunque el crecimiento desmedido de los medios digitales ha creado trabajos, no ha logrado compensar las pérdidas de empleos en los diarios. El modelo se replicó y creció en todo el mundo.

Pero hoy, pleno 2023, los diarios digitales también comenzaron a detectar cómo declina su auge, ya que no logran "monetizar" sus grandes audiencias. Por último, son las redes sociales las que acaparan tanto a lectores, como a anunciantes, y eso lo comprobamos, o lo sufrimos, en Argentina y en Jujuy, precisamente tomando como ejemplo las campañas de las pasadas elecciones provinciales y las nacionales que vienen. Por internet y medios electrónicos, los mensajes se pueden ver en Jujuy, en Moscú, en Buenos Aires, en el Polo Norte o en Shanghái. Y en un primer momento, todos, lectores, periodistas y anunciantes, se sintieron globales, mundiales. Pero en un segundo análisis, sereno y sobrio, se descubrió que de nada servía deslumbrarse con la falsa universalidad, porque los mensajes van dirigidos y buscan generar efectos a nivel local. Y los anunciantes, salvo las excepciones de los gigantes, reconocieron tampoco les interesa promocionar sus marcas en Corea del Sur, o Roma, sino en Jujuy, o en Argentina. Entonces conviene repensar el futuro de los medios.

Los vaticinios apocalípticos les asignan poca vida al periodismo de los diarios papel, las radios y las televisoras clásicas. Pero pretendo demostrar, aun reconociendo que es rigurosamente cierta esa declinación, que debemos marchar hacia la convivencia con los medios electrónicos. Las nuevas generaciones de periodistas y publicistas electrónicos se caracterizan por confirmar una sentencia con la que siempre se pretendió criticar y hasta menoscabar al periodismo: Es un mar de conocimientos pero con un centímetro de profundidad. Una frase utilizada para referirse a la profesión de quienes por su oficio manejan infinidad de temas pero no tienen, ni necesitan, profundidad en estos conocimientos. La frase indica un desconocimiento de la labor misma de los periodistas.

La definición para los profesionales del ámbito electrónico, que graban minutos, a veces segundos, suben un copete a sus páginas digitales y rápidamente se desentienden del tema buscando la nueva nota. No es una crítica: al revés, es una valoración de su velocidad, sus reflejos y su inmediatez. Pero son los que consumen ese periodismo, los que efectivamente chapotean en un extenso mar que les llega a los tobillos.

STAFF DE PERIODISTAS | PARTE DEL EQUIPO DE TRABAJO DE LA REDACCIÓN DE EL TRIBUNO DE JUJUY.

Pero está el otro periodismo. El de nosotros, los de la guardia vieja. Los que creemos que se debe leer mucho, escribir bien, respetar la ortografía, la correcta construcción de textos. O que se debe hablar bien, respetando el idioma y la calidad de la expresión. Y sobre todo, ese periodismo de noticias completas y correctas, que se nutre de investigación y se complementa con opinión. El que termina ofreciendo un mar profundo que obliga a navegar con cuidado, y compele a discutir, compartir o disentir. Ese que documenta la historia y que hasta sirve para educar.

La prueba es, otra vez, la campaña electoral: a los ataques, las fake news, o los comentarios recargados en las redes, todos se esmeraban por responder con ejércitos de comunnity managers, o trolls, sin lograr jamás los efectos deseados.

Pero al periodismo profundo, todos se esmeraron por nutrirlo, aprovecharlo, corregirlo, amenazarlo o hasta por cooptarlo, porque en él, estuvo estará y siempre el alma de la prensa que no debe morir. Que tendremos que compartir con todos, aceptando que un día los robots escriban nuestro dictado, o que la inteligencia artificial se meta en nuestros teclados. Pero el periodismo, pensado y ejercido en serio, como los buenos vinos, no podrá ser reemplazado jamás por el fugaz entusiasmo de una bebida energizante.

Feliz día a todos los colegas.