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“Uno no está preparado para enterrar a un hijo”

Para Juan Pablo Pérez, fue difícil la pérdida de su hija Belén. Hoy trabaja con Estrellas Amarillas en crear conciencia vial.
Miércoles, 07 de junio de 2023 01:03

"Los días domingos son un poco complicados para mí", expresó Juan Pablo Pérez, dolido aún por la pérdida de su hija Belén Anahí Pérez, quien falleció a los 28 años el 15 de abril de 2018 en un incidente de tránsito. Relató el impacto, la depresión por su pérdida y su acercamiento a Estrellas Amarillas, un espacio de contención y escucha desde donde se promueve la prevención junto a Seguridad Vial y apoya a otras familias.

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"Los días domingos son un poco complicados para mí", expresó Juan Pablo Pérez, dolido aún por la pérdida de su hija Belén Anahí Pérez, quien falleció a los 28 años el 15 de abril de 2018 en un incidente de tránsito. Relató el impacto, la depresión por su pérdida y su acercamiento a Estrellas Amarillas, un espacio de contención y escucha desde donde se promueve la prevención junto a Seguridad Vial y apoya a otras familias.

Con la sensibilidad de los domingos que lo retrotraen al traumático día en que perdió a su hija, reconoció que nunca se está preparado para perder a un hijo, y que tras un duro trance sigue adelante.

Recordó que el incidente vial fue en la ruta 9 a pocos kilómetros de Tilcara al volver hacia Maimará, su hogar, cuando el vehículo que hacía transporte de pasajeros perdió el control alrededor de las 6.30. "Ella es la que se llevó la peor parte", explicó y es por ello que los domingos suelen hacerse difíciles para él, quien siente que la vida de su hija se le escurrió de las manos y no la pudo ver más.

La última vez, ella había dejado el equipo de camisetas de fútbol en el lavarropas, el deporte que disfrutaba participando en el Club Chacarita Junior, de Maimará, donde también organizaba.

"Mi hija era alegre, jovial, siempre con su risa. Para las fiestas, Navidad o algún cumpleaños, ella era la que animaba todo", recordó. Perderla significó un cimbronazo muy grande para su familia, que cambió todos sus hábitos y la manera en que disfrutaban esas reuniones.

Sucede que Pérez había enviudado hace muchos años, su esposa Rosalía falleció cuando sus hijos aún eran pequeños, por lo que los crió solo. Es por ello que a la hora de las celebraciones, la familia ahora integrada por él y su hijo Mauro cambió, ver donde se sentaba Belén y ahora no está, como uno la recordaba le significa un duro trance en cada fecha.

EN FAMILIA | DE PEQUEÑA, BELÉN, SU HERMANO MAURO Y SU PADRE PABLO PÉREZ.

Reconoció que en su momento no pudo esquivar la depresión y tuvo que recurrir a asistencia psicológica. "Estábamos muy deprimidos, tuvimos que ir a un psicólogo. Me afectó la salud, tuve que consultar a los médicos, me impactó un montón", relató Pérez y aseguró que fue difícil digerir su ausencia y está consciente de que nunca podrá llenar ese vacío.

Explicó que su hija se había recibido a finales de 2017 de maestra jardinera y cuando falleció no había llegado a ejercer como aspiraba. "Se recibió y no pudo ejercer su profesión", explicó y recordó que siempre quiso esa carrera porque le gustaban los pequeños, postura que defendió cuando en su momento él le había sugerido otra carrera. "Tenía pasta para eso, le gustaba estar con los chicos, tenía muy buena relación, siempre estaba con los primos", evocó.

Recordó que la joven creció en Maimará, había hecho la primaria en la escuela "Ernesto Padilla", la secundaria en la normal Casanova de Tilcara y su carrera en el instituto Tello que funciona en la Escuela Normal, donde se recibió de docente de nivel inicial.

Recreando cada etapa en la mente, Pérez explicó que su pérdida fue un golpe duro. "El primer tiempo, nos quedamos en casa. Después empecé a salir a charlar con la gente, lo que tenía por momentos se iba, trataba de no quedarme ahí porque era peor", explicó.

Sostuvo que si bien tuvo asistencia psicológica, encontró que nadie podía darle la palabra justa pero reconoció que se trata de asumirlo, entendía que si otra persona no pasó por eso, difícilmente se ponga en ese lugar. "Es irreparable, no hay una palabra lógica", afirmó.

"Me sumé, integré al grupo de Estrellas Amarillas para tener una contención, pero después me puse fuerte, empecé a hablar, fuimos a los medios, tratamos de hablar con la gente para poder sacarnos el peso que llevamos todos los días", agregó. Sostuvo que la carga emocional era bastante, por lo que actualmente participa activamente en el grupo. "Uno no está preparado para enterrar a un hijo, siempre piensa lo contrario", reflexionó y consideró que si las cosas son al revés, siempre es bueno charlarlo con los hijos.

Si bien este espacio sirve como un medio para apoyar a las familias víctimas de una pérdida de un ser querido por este suceso, para muchos resulta una oportunidad para accionar en crear conciencia sobre el impacto que puede tener sus acciones al volante. Por ello suelen colocar estrellas en la ruta, buscando crear conciencia de la vida que se perdió.

Un trabajo conjunto

En Estrellas Amarillas, Juan Pérez se sumó activamente. “Soy uno del grupo, trabajamos con Santiago Chávez, trabajamos conjuntamente con Seguridad Vial para difundir sobre conciencia de vida que tengan todos los que conducen, que tengan presente que siempre haya alguien que los espera en casa, andar apurados no sirve”, explicó el padre, retirado de la Policía. Otro eje es el de la falta de justicia, que a veces frustra. En su caso, se caratuló el incidente como “lesiones en accidentes de tránsito” que estimó debería cambiarse contemplando la responsabilidad por la pérdida de una vida en este accidente como en otros.

“Únicamente se logró la tolerancia cero, con la señora Julia Chayle y Santiago Chávez”, explicó. Recordó que cada tercer domingo de noviembre hacen una suelta de globos como símbolo de vida y entregan plantas. “Hay mucha gente que se siente mal, algunas veces participan y otras no”. Destacó el apoyo de Seguridad Vial para sumar, ya que siempre acompañan cuando colocan una estrella amarilla, y que ahora también se incluye en los exámenes de carné de conducir, de modo que se conozca al igual que el significado de ese ícono en las rutas.