En la Puna jujeña, preocupa la sucesión de ataques de pumas y zorros al ganado y se estima que puede estar relacionado con la sequía que afectaría la cadena alimenticia haciendo que los predadores se acerquen más a corrales y viviendas. A la pérdida económica de alrededor de 368 animales se suma la escasez de líquido en aguadas que no se podrá sostener hasta la próxima temporada.
inicia sesión o regístrate.
En la Puna jujeña, preocupa la sucesión de ataques de pumas y zorros al ganado y se estima que puede estar relacionado con la sequía que afectaría la cadena alimenticia haciendo que los predadores se acerquen más a corrales y viviendas. A la pérdida económica de alrededor de 368 animales se suma la escasez de líquido en aguadas que no se podrá sostener hasta la próxima temporada.
"El ataque de pumas y zorros es frecuente todo el año y vemos que es la falta de agua, bajaron mucho hacia las zonas pobladas, a los corrales, sin temor a ser espantados. La preocupación es que hubo un crecimiento de la población de pumas, se nota presencia de hembras con crías, los ataques se incrementaron respecto a 2022", afirmó Dante Ríos, ingeniero agrónomo y jefe de la Agencia de Extensión Rural Abra Pampa de Inta.
Planteó que por Inta releva la situación de los campos y en ello registró más de 66 productores afectados y 368 animales atacados por pumas, mientras los zorros afectarían a animales principalmente chicos. Los ataques fueron a llamas, ovejas, cabritos e incluso hubo burros afectados. "Esto lo hicimos en el marco de un relevamiento territorial de la Agencia del Inta Abra Pampa, y recorrimos los departamentos Cochinoca y Rinconada donde tenemos esos datos", dijo y precisó que se hacen por la situación productiva ante la sequía.
Los ataques se vienen sucediendo tanto en corrales y en situación de pastoreo, y preocupa que se hacen inclusive de día ya que solían ser nocturnos. En el recorrido, encontraban cueros, restos de los animales tirados sumado al relato de los productores que, en algunos casos, fue de encontrarse frente a los pumas, que casi no le temían al fuego.
"Es gravísimo porque más del 80% de las aguadas de las que el productor disponía ya no tienen agua y aún faltan cinco meses para las primeras lluvias del período estival 2023 y 2024", explicó Ríos. Dijo que los productores explicaron que tienen reservas forrajeras por 20 días más ante la escasez de pastos, por lo que Inta recomienda la preparación de suplementación con alimento balanceado, manejo del ganado y descarga de los campos. También trabajan en la preparación para aguadas para captar agua de lluvia buscando anticipar una situación compleja, ya que la última cosecha fue de poco rendimiento en papa, haba y quinua, y algunos no están plantando ajo por falta de agua. Los productores habían solicitado por nota al Ministerio de Ambiente colaboración y recomendaciones de cómo controlar o ahuyentar a la especie predadora.
"Hay un efecto ecológico entre la cadena trófica del puma y el zorro que está haciendo que el animal ya no tenga miedo para acercarse a determinados lugares", expresó. Entiende que es posible que no haya liebres, vizcachas, vizcachillas de la cadena alimentaria, porque no hay forraje, pasto. Aclaró que Inta no tiene competencia directa en fauna y flora silvestre, por lo que no puede recomendar nada, pero preocupa que haya caza de los pumas ante la incertidumbre.
La Puna tiene alrededor de un millón de cabezas de ganado entre las cuatro especies y este es un período donde las crías se alimentan para venta, por lo que los ataques suponen una pérdida económica ya que cada ejemplar ronda los 10.000 pesos.
Testimonios de productores
“Tuvimos pérdidas, sobre todo en llamas en el campo en Puerta Potrero, al este de Abra Pampa. Antes mataban uno o dos y se iban, pero este año son permanentes”, explicó Vidal Arjona de la zona de Puerta Potrero, departamento de Cochinoca. “Yo salía a ver mis llamas y vi que la llama se espantó, dio dos saltos y cayó, comencé a gritar y cuando llegué ya no tenía los ojos, la oreja, rastree a los 20 metros donde estaban, eran tres”, explicó sobre pumas a los que impidió que ataque a otros. Su hipótesis es que luego de meses de los incendios comenzaron a ver más pumas, por lo que estimó que podría haber más población.
Por otro lado, planteó que falta agua y la pastura, por lo que esperan conseguir forraje para seguir desarrollando su actividad así como su huerta de consumo. Esperan en ese sentido algún tipo de ayuda en forraje para los meses que vienen, y es que tienen 60 llamas, 10 cabras, 12 vacas y caballos con los que pastorea a los animales, en invierno hacia abajo y en verano hacia el cerro. En tanto, César Zerpa, productor de Cerro Blanco cercano a Abra Pampa, planteó que en su zona el problema son los perros y zorros. Estimó que, en la pandemia, notó que los pumas comenzaron a acercarse a la zona baja y le preocupa que se ve cada semana que hay fuego en el cerro que sería para espantarlos. También expresó preocupación por falta de pasturas y agua, y espera que la Provincia declare la emergencia agropecuaria también para esa zona.