La plazoleta, que ya llevaba el nombre de los hermanos Cháñi, fue objeto de significativas remodelaciones que la convierten ahora en una “plaza mayor”.
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La plazoleta, que ya llevaba el nombre de los hermanos Cháñi, fue objeto de significativas remodelaciones que la convierten ahora en una “plaza mayor”.
El espacio ha sido diseñado con el propósito de fomentar el encuentro y la convivencia entre los ciudadanos, siguiendo la visión de la ciudad de contar con más espacios públicos, menos tráfico vehicular y una mayor circulación peatonal.
Al respecto el Intendente Raúl “Chuli” Jorge expresó “esta placita ya tenía su nombre, ahora es una plaza mayor, se han hecho remodelaciones importantes.
Este es un lugar que tiene la magia de haberlos tenido durante tantas décadas muy cerca, en su peluquería, que fue mucho más que un lugar para cortarse el pelo, se convirtió en un espacio donde se transmitían saberes, música, valores y tradiciones jujeñas. Además, fue cuna de grandes artistas locales, quienes aprendieron y se inspiraron en este emblemático lugar para desarrollar sus carreras como Los Tekis, por ejemplo”.
En la ceremonia, estuvo presente Foro Cháñi, el único hermano que aún sigue con vida, quien expresó su agradecimiento por el merecido homenaje y destacó la importancia de la peluquería como un espacio de aprendizaje y convivencia.
También asistieron los hijos de los demás hermanos Cháñi, quienes representaron a una familia que ha dejado una huella profunda en la cultura jujeña.
Los hermanos Chañi
La historia de Los Hermanos Chañi comenzó hace más de siete décadas, en 1948, cuando Juan Nicanor, Luis Dagoberto, Cristóbal Manuel (conocido como Foro) y Amaranto Bernabé abrieron las puertas de su peluquería. Estos talentosos músicos encontraron en su oficio una pasión que fusionaron con la música que aprendieron de su padre, Nicanor Chañi.
Formaron el conjunto “Los Hermanos Chañi”, desde entonces su peluquería se convirtió en un escenario donde la magia musical y el folklore se entrelazaron en un sinfín de actuaciones y presentaciones.
Pero su legado no se limitó a las fronteras de la música. Amaranto Chañi, uno de los hermanos, abrió sus puertas a la enseñanza y transmitió su conocimiento a jóvenes talentos, dando inicio a una nueva etapa de formación y creación de artistas Esas peluquerías fueron más que salones de belleza, fueron auténticas escuelas de vida, donde los instrumentos, las tijeras, las guitarras y los charangos creaban melodías inolvidables, y donde los clientes se convertían en un público ávido de descubrir nuevos talentos.
Su contribución al folklore ha sido invaluable, y su legado musical perdura en cada acorde interpretado por aquellos que continúan su camino.