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19 de Mayo,  Jujuy, Argentina
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Padre e hijo sastres de reconocida estirpe

José Gallardo Vega y José Alberto Vega cargan con el legado heredado de José Lino Gallardo, reconocido sastre tarijeño.
Viernes, 04 de agosto de 2023 00:57

Don José Gallardo Vega y su hijo José Alberto Gallardo son dos de los tres o cuatro sastres que aún sobreviven y con ellos subsiste una antiquísima profesión cargada de historias, mitos y leyendas, que los convierte en hacedores de distinguidas prendas de hombres y encargados de vestir a exgobernadores y reconocidos funcionarios y profesionales jujeños.

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Don José Gallardo Vega y su hijo José Alberto Gallardo son dos de los tres o cuatro sastres que aún sobreviven y con ellos subsiste una antiquísima profesión cargada de historias, mitos y leyendas, que los convierte en hacedores de distinguidas prendas de hombres y encargados de vestir a exgobernadores y reconocidos funcionarios y profesionales jujeños.

JOSÉ ALBERTO GALLARDO | HEREDERO DE UNA PASIÓN QUE NACE EN SU TATARABUELO.

José Gallardo Vega arribó a Jujuy a los 21 años allá por el año 1963 para quedarse aquí definitivamente, "cuando todo esto se estaba loteando", afirma al referirse al barrio Alto Castañeda cuando la calle Bermejo era la ultima de ese sector, hoy frente a Radio Nacional.

Parte de esa historia es Máxima Martínez, una jujeña hija de tarijeños, ya fallecida, con quien tuvo seis hijos, cinco mujeres y su sucesor y heredero José Alberto, junto a él María Cristina, Mirian Beatriz, Elba Edith, María Isabel y Silvia Catalina.

Por problemas económicos que le impidieron estudiar es que aprende el oficio de su abuelo, un reconocido sastre de la época en Tarija, José Lino Gallardo. "Él fue el primero en introducirme en el oficio al principio y luego con otros maestros, llegando a Jujuy prácticamente profesional, solamente me faltaba cortar y en el 68 viajé a Buenos Aires a estudiar en la Academia Modelo para aprender a cortar".

PADRE E HIJO | LA MISMA PASIÓN POR UN MILENARIO OFICIO, LA SASTRERÍA.

"Hice un curso acelerado de nueve meses", agregando que "regresé a Jujuy donde comencé a confeccionar todo tipo de trajes, sacos, chalecos y prendas de vestir para hombres" y con una sonrisa "picarona" señala que "con 82 años sigo trabajando, sin lentes porque aún veo bien y no sé hasta cuándo será, será hasta cuando llegue".

Su taller tiene la majestuosidad característica de antaño con gran des mesadas de cortes, varias máquinas de coser ya entradas en años, pero que conservan su esplendor y buen uso. José Gallardo Vega indica que "guardo buen recuerdo de Roberto Domínguez, Ricardo de Aparici, actualmente lo visto al señor vicegobernador Carlos Haquim y muchos profesionales jujeños, que todavía usan trajes".

DIPLOMA DE CORTE | QUE LUCE ORGULLOSO JOSÉ GALLARDO VEGA.

José Gallardo Vega comenta que "todavía mi trabajo es artesanal, confeccionar un traje lleva unos 15 días, algo así como unas cien horas y el costo es superior a los doscientos mil pesos, depende del casimir que se utilice, yo tengo mucha tela y compro todo en Buenos Aires porque aquí no se consigue nada".

Su heredero, su hijo

Finalmente, expresa que "yo trabajo solo por dos razones, la primera que ya no da para tener un ayudante y, además, porque sueño que pronto mi hijo que tiene su sastrería en la calle Alvear arriba de Los Dos Chinos se venga para aquí".

CONFECCIÓN ARTESANAL | SE PUEDE OBSERVAR EN UN ATELIER DE LOS GALLARDO.

José Alberto Gallardo, además del oficio, heredó la simpatía y buenos modales de su padre, recibiendo a El Tribuno de Jujuy quien señala que "estoy por cumplir 35 años en la profesión, habiéndome iniciado en la sastrería a los 14 años. Al no estudiar mi padre me enseñó el oficio y como todo aprendiz para conocer la sastrería hay que atarse el dedal y la aguja, comenzar a manejar la mano primero, aprender a surfilar, hacer puntos cruzados, ojales, aprender a coser a máquina de a poco se va aprendiendo".

"Con el tiempo te enseñan a poner un cierre, hacer el bolsillo de los pantalones, aprender a completar, es decir por ejemplo con el pantalón hacer los bolsillos traseros y delanteros, se comienza a hacer chalecos y sacos", nos cuenta con orgullo.

Aclara que "su primer pantalón lo confeccioné a los 16 años. Para independizarse hace 20 años aproximadamente y tengo mi propio taller, lamentablemente ya casi no quedan sastres, porque este es un trabajo artesanal, se mide unas tres veces, el armado se hace con entretela de lana y las terminaciones con mucha dedicación, para que tenga un calce perfecto la prenda".