Cuando se trata de luchar por una causa noble, la voluntad se pone de manifiesto en la acción contra viento y marea. A esa fuerza por un ideal, la representa muy bien Ana Lía Quispe quien es el alma máter de una entidad que ama, contiene y ayuda los animales sin hogar.
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Cuando se trata de luchar por una causa noble, la voluntad se pone de manifiesto en la acción contra viento y marea. A esa fuerza por un ideal, la representa muy bien Ana Lía Quispe quien es el alma máter de una entidad que ama, contiene y ayuda los animales sin hogar.
Gracias a una tarea de característica incesante que desde hace diecinueve años ofrece, la asociación "Amigos del Animal" le rinde culto al proteccionismo canino.
Y entonces se establece ante la comunidad, como primera medida el rescate para resguardar a los perros en situación de calle a través de una loable actividad que precisamente cada 27 de septiembre a nivel nacional es destacada como "Día del proteccionista de animales" en honor al momento en que fue sancionada la Ley 14.346 de protección animal.
En relación a este importante acontecimiento, las sensaciones de la titular contemplan un singular encuentro de emociones.
"Es un día donde se reconoce a la persona que cuida y que quiere a los animales. Hay que ayudarlos, generando conciencia", expresó Quispe sobre este refugio que protege sin descanso a doscientos canes.
Pero si hay algo que no decae en este pequeño paraíso, es la esperanza que está vigente desde el minuto uno de aquél 4 de noviembre del año 2004, cuando inició esta loable faena que, como contraste a la crueldad de la perrera, significa honrar la vida.
"Nos conmovimos de ver que por la perrera se sacrificaban a setenta perros por día y empezamos a hacer las esterilizaciones para que las perras estén protegidas y no vayan a parir en la calle", reveló.
Es así que la misión de salvar almas caninas deriva en la esterilización por ser el único método para frenar el maltrato y abandono, evitando el sufrimiento en la calle donde la mayoría de las veces, viven situaciones deplorables.
La labor es permanente a fin de cambiar la vida de estos seres ya que es lamentable verlos desnutridos y/o deteriorados. El refugio los abraza con la calidez del amparo y como nuevo hogar predispone a cambios en la actitud junto al comportamiento que en el animal son notables.
"Ayudándolos, se les devuelve la dignidad. Ellos, con un poquito de ayuda, son felices y hacen el resto. Para mí es darles una segunda oportunidad", reflexionó.
A lo largo de estos años, la protectora fue creciendo gracias a personas de gran corazón que suman fuerzas, motivadas por el hecho de involucrarse y hacer.
Entre distintas acciones, fueron a El Pongo a rescatar perras que luego amansaron y colmaron de afecto y comida.
"Hemos recibido mordidas, pero también lengüetazos de agradecimiento y eso me llena el alma", destacó. Y por ello, la concientización sobre esta realidad en la sociedad es fundamental. "Gracias a Dios veo que aquí se publican animales por las redes y los adoptan. Pero de los que están lejos, no se preocupan. Por eso me dediqué a los perros de lugares alejados para que no queden en el abandono", describió Quispe quien se interesó por los animales desde que era una niña a través de su madre ya que veía cómo los cuidaba, siendo también proteccionista de un perfil bajo e independiente. "Hoy tengo cincuenta y un años y veo que se me pasa la vida, que envejezco a la par de mis perros pero no dejo de luchar por ellos", expresó con el propósito de hacer que tengan una vida digna y que conozcan el amor de una familia humana.
Pasaron los años y la labor se fue consolidando. Hasta que llegó la pandemia que detuvo todo y propuso un panorama difícil para la asociación ya que se debía respetar las restricciones.
"En mi casa nos enfermamos de Covid-19 y 'Gaby' Baduzzi de 'San Roquitos' nos dejó víveres en la casa, nos ayudó y le estoy tan agradecida porque así pudimos salir adelante y recuperarnos para continuar rescatando a los perros. Con ella comparto la locura de amarlos y salvarlos del abandono", expresó emocionada.
La recompensa para esta tarea es ver animales agradecidos, entendiendo que su vida vale mucho. Y es que desde el momento en que se los rescata, se puede ver el cambio en sus ojos. El brillo es distinto. Y, su alegría, perceptible en el movimiento de su cola.
Buscando un nuevo paraíso
En la actualidad, la asociación “Amigos del Animal” está integrada por doscientos canes y establecida -hasta hoyen un predio privado de San Antonio. “El lugar es enorme pero estamos por ser desalojados porque el espacio pertenece a una señora que nos lo cedió a préstamo, firmé a comodato pero me entero de que está a nombre de su hija y ella quiere el lugar, el plazo es hasta el 29 de septiembre, luego hay que desalojar”, detalló la situación Ana Lía Quispe. La preocupación se dejó sentir en la proteccionista que se encuentra a la espera de respuestas por un nuevo lugar para el refugio.
“Pedimos que en lo posible, sea lejos del ámbito urbano para no causar disgusto en los vecinos”, aclaró quien cuida de setenta perros en su casa. No obstante, ella no baja la guardia y se sostiene gracias al cariño que la gente le manifiesta a través de las redes sociales. Y motivada por los integrantes de la asociación, armó una publicación para Facebook explicando lo que sucede y mediante una rifa, conseguir material para cimentar el refugio en otra locación.
En la oportunidad se sorteaba una entrada para el show de María Becerra en la elección de la reina nacional de los estudiantes y un váucher para dos personas en una hostería, como premios principales, entre otros más, a fin de colaborar con la asociación. “Habíamos vendido trescientos números y en un día y medio se agotaron e incluso quedaron más de setenta personas con ganas de participar”. Fue así como el cariño y las buenas energías de la gente llegaron. Lo recaudado será utilizado para comprar bloques y ubicarlos donde sea que vaya la entidad con sus canes.
Esta acción se anexa a otra anterior para adquirir cemento; y ya se encuentra en agenda el armado de otra rifa a mediados de octubre para conseguir hierro. “Por ellos lo hacemos y publicaremos las facturas de lo comprado para que la gente vea que nuestro trabajo es verdadero” explicó, esperanzada porque confía en lo que se viene. “Tenemos perros en adopción, viejitos y cachorros. Yo amo a los viejitos rescatados y quisiera que conozcan el amor de una familia, ellos son los más agradecidos”, aclaró esta proteccionista que brinda su vida por la alegría de los amigos de cuatro patitas.