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Hace 30 años se despedía Joaquín Burgos

Miércoles, 03 de enero de 2024 01:03

Hace 30 años se despedía un poeta enamorado de su tierra jujeña. Joaquín Burgos, nació en Tilcara -Abra Mayo- en 1917 y murió en San Salvador de Jujuy el 3 de enero de 1993. Ejerció la docencia y se jubiló como supervisor general. Desde muy joven une su poesía con la del cancionero popular, logrando éxitos como “La yapita”, junto a don Nicolás Lamadrid.

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Hace 30 años se despedía un poeta enamorado de su tierra jujeña. Joaquín Burgos, nació en Tilcara -Abra Mayo- en 1917 y murió en San Salvador de Jujuy el 3 de enero de 1993. Ejerció la docencia y se jubiló como supervisor general. Desde muy joven une su poesía con la del cancionero popular, logrando éxitos como “La yapita”, junto a don Nicolás Lamadrid.

Además de su poesía regionalista, volcadas en dos publicaciones -“Runa” (1950) y “Voces Indias” (1975)- tiene varias obras inéditas que responden a su nueva poética, publicada fragmentariamente en diarios del medio y en “Antología Propia Nº 1 Silos del silencio” (1991) con el sello Edicapri de la Revista Capricornio. En esta última publicación de bolsillo, el poeta intenta una mirada sobre la poesía y escribió lo siguiente:... “es el sumun de toda expresión / glorificada del pensamiento que se viste de ensueño / con el ropaje del verso y la pedrería de la palabra...// Recompone; recapitula, recepta y expande un / mensaje abierto, sustantivo y comprometido, con / presencia permanente y actualizada. //Traslada al seno de la sociedad, en el vehículo / espacial de la realidad, el ensueño del hombre, cuando / se sincera consigo en el conjunto. //... es el arte de / proponer pinceladas certeras hacia los rumbos que / sintetizan la existencia, ... hacia los entornos / carismáticos de la vida, desde el estadio del clasicismo / encausativo, hasta lo simplemente universal y creativo... Todo es poesía”.

Después de su mirada sobre la poesía, se le pide que realice una autoselección de sus poemas, de allí el nombre de “Antología Propia”. Eligió de su libro “Runa” el poema “Por el camino del cerro”, es de una temática sentimental, canta la pérdida de un amor, describe el color local y maneja con soltura los elementos de una poética que hace a la vida del hombre quebradeño.

De su segundo libro seleccionó “Voces Indias”, nombre también de la publicación. Relaciona dentro de su lirismo al hombre con la naturaleza cuando expresa: “Jinete de una baguala / ya pasa el viento de la quebrada / silbo de quena en los pajonales /quejumbre india con voz de guayra”. Presenta en su “Antología Propia”, cuatro poemas inéditos: “Epicentrismo” (de “Sólo Soneto”), “Arquetipia” (de “Ventana al vacío”), “Incertitud” (de los “Crucigramas del Hombre”) y “Lágrimas Adentro”. Pienso en “Arquetipia” y su final: “Abrazaría el sol, la luna, las estrellas: / el cosmo, el sidéreo en su esplendencia, / para lograr en la esencia de la esencia receptiva, / no el remedo, / si el Modelo Original que nos matrice: /y en el que, el Hombre, sea luz y su medida”.

Finalmente, de los “Ediles del tiempo” eligió: “El Sueño del Mutante”, “Infinitud”, “Vacuidad”, “El potro de los tiempos” y “Gestante”

Un importante aporte señala en Voces Indias: “el hombre filósofo de mil senderos... Mide su fuerza y la potencialidad de su inteligencia con la propia naturaleza que, en su diario contacto, le infunde valor y le enseña desde la edad más temprana,... Las emociones, que carecen de reflejos en la expresión del semblante, se desbordan en coplas, música y cantares. La alegría se desparrama en el bailecito y los carnavales de las fiestas; la pena en las bagualas ariscas y cerriles; la tristeza en el yaraví montañero... La soledad es un impulso que templa los espíritus. Yo me amparé en esas soledades, viví simple y objetivamente sus vidas; estudié sus costumbres; merecí su estima. Maestro de sus niños, conocí sus reacciones más íntimas, su natural esquivo, sus necesidades premiosas, sus creencias, costumbres, expresiones y anhelos.

No importa que los profanos encuentren o no, sabor a tierra mis versos. Importa sí, y de eso estoy cierto, que los runas, los runas de tierra adentro, se encuentren en ellos, presos... Que se conozcan y digan: ¿Este soy yo no maestro?...”.

En “Antología de Poesía y Prosa de Sade Seccional Jujuy, 2007”, por sus 40 años de vida institucional se lo considera junto a Germán “Churqui Choquevilca: Voces Tutelares de Quebrada y Puna Jujeña”. En los 50 años de la entidad de los escritores de Jujuy, en el “Libro de Oro, Año 2008”, se lo recuerda junto a los escritores que ya partieron. Joaquín Burgos, además de poeta, ejerció la docencia, hizo teatro, compuso canciones nativas, entre las mismas la ya nombrada “La Yapita”, junto a Nicolás Lamadrid y también “Coplas de Purmamarca”.

Con Justiniano Torres Aparicio, es autor del vals “Quenas”. Realizó audiciones radiales, dictó conferencias, charlas, presentó libros y obtuvo primer premio en el Certamen “Alfonsina Storni”. El grupo “Willca Nina” le adjudicó un trofeo en su carácter de Hombre de Letras y los universitarios le rindieron homenaje en el Takin Tusun de 1989 por su aporte a la cultura del pueblo de Jujuy.

En 2017, octubre, se presentó el libro póstumo “Jujuy entre nosotros” de Ed. Cuadernos del Duende. Con poesías, canciones y relatos históricos, donde el autor realiza un panorama de cada departamento de nuestra provincia. En 2019, julio, se presentó el libro póstumo “Ventana al Vacío” de Ed. Cuadernos del Duende, donde le dedica a su hijo desaparecido en Córdoba, Daniel Leonardo Burgos, poemas de su autoría como “Daniel Ausente” y “Balada para un sueño”, producidos durante 1977/85.