Las estafas continúan siendo denunciadas en distintas Seccionales de la provincia bajo diferentes modalidades, la gran mayoría a partir de herramientas que proveen las nuevas tecnologías. Dos denuncias fueron realizadas en los últimos días en dependencias policiales de la capital provincial.
inicia sesión o regístrate.
Las estafas continúan siendo denunciadas en distintas Seccionales de la provincia bajo diferentes modalidades, la gran mayoría a partir de herramientas que proveen las nuevas tecnologías. Dos denuncias fueron realizadas en los últimos días en dependencias policiales de la capital provincial.
Según la información a la que tuvo acceso este medio, el primero de los casos correspondió a una mujer domiciliada en la capital quien comenzó a recibir notificaciones en su correo electrónico sobre pagos con su tarjeta de débito.
Fue entonces que la víctima verificó los mails que le llegaron a la casilla de correo y notó que los movimientos que le aparecían no eran compras realizadas por ella.
En esas circunstancias, la damnificada se sorprendió por la cantidad de pagos que efectuaron con los datos de su tarjeta de débito, ya que al plástico lo tenía en su poder.
Por esa razón, inmediatamente llamó al sector de atención al cliente del banco al que pertenece la cuenta en cuestión y realizó su descargo por las compras que no hizo y les fueron debitadas.
A raíz de esto, desde el banco, luego de verificar los datos personales de la mujer, bloquearon la tarjeta para que no le sigan debitando.
Tras estas acciones, la víctima se dirigió a la Seccional 34º de Villa Jardín de Reyes donde narró lo sucedido y explicó que los débitos a su caja de ahorro se debieron a pagos por la suma de $238.948 a servicios de empresas de electricidad, plataformas, telefonía celular, entre otros, y la compra de distintos productos.
El otro caso, denunciado en la Seccional 1º de la capital provincial, en donde según lo consultado por este diario, una mujer que tenía un departamento a la venta recibió el llamado de un supuesto interesado en la compra del inmueble.
Fue entonces, que el hombre que llamó a la víctima mediante Whatsapp le dijo haber visto en una página de Facebook el departamento a la venta, un inmueble ubicado en el casco céntrico, del cual quería conocer el precio y las condiciones de pago.
En ese momento, la mujer recibió en su Whatsapp un mensaje de parte del hombre que la había contactado, con un código, y a los pocos minutos sucedió lo inesperado.
De manera sorpresiva se cerró la cuenta del servicio de mensajería Whatsapp de la damnificada y las consecuencias continuaron. Minutos después se comunicaron con ella familiares y amigos suyos diciéndole que desde una cuenta de Whatsapp a su nombre les pedían dinero.
Una de las personas creyó en los supuestos mensajes, realizó una transferencia por la suma de $7.800 al CBU que le pasaron y resultó ser una cuenta a nombre de una mujer que no era la damnificada.
A raíz de lo sucedido, la víctima se dirigió a la sede policial para denunciar lo sucedido y presentar las pruebas pertinentes, con el fin de identificar a los sospechosos.