Hay una relación de causa efecto bonita y universal que se da cuando, por ejemplo, los niños descubren azorados el don del bicho bolita de envolverse sobre sí mismo para dejar de ser bicho y empezar a ser disimulo. Desaparecen las patas en el bicho y aparecen un par de ojos agigantados por la sorpresa y la curiosidad en el niño. Eso es ley en Salta y en la China.

En tiempos de Pokémones, videojuegos en red e iPads, Mariana Baraj y Mauro Rodríguez decidieron cantarle a esos otros ratitos cotidianos y simples -los más memorables quizás- que desde siempre nos han ido hilvanando la infancia.
En su nuevo disco, "¡Churo!", Mariana se propuso, junto a su compañero Mauro, entregarles a los niños un mensaje elevado en tiempos de bombardeo sensitivo...

Mauro Rodríguez
Mauro Rodríguez, es el autor de las letras.

Y "hacerlo desde la canción ha sido casi un acto de rebeldía", fue lo que admitieron ambos.
El disco grabado en 2016 y editado en noviembre pasado por el sello S-Music es el octavo álbum en la carrera solista de Baraj, y el segundo para niños de la multipremiada artista que reside en Salta.
En "¡Churo!" se nota, desde el primer acorde y la primera palabra, que Baraj ha encarado la tarea con la misma calidad y el mismo arte que vuelca en todos sus discos. "Así ha sido porque tiene que ver con mi naturaleza y la manera en la que me gusta abordar cualquier proyecto en el que me involucro -asintió-. Este disco ha sido un gran desafío e inevitablemente me ha conectado con mi niñez y con las músicas de mi infancia. Adentrarse en el universo del niño es maravilloso y conectar con lo lúdico fue el punto de partida para la composición y producción de ¡Churo!", agregó.

La cantante destacó, además, que "¡Churo!" le dio la posibilidad de trabajar "con jóvenes músicos en formación como la Orquesta del Bicentenario Cuchi Leguizamón de Salta, dirigida por Martín Bonilla, y los Sikuris de Santa Bárbara del Tantanakuy, de Humahuaca, dirigidos por Juan Cruz Torres. Parte del arte del disco también fue realizado por niños de diferentes lugares de Argentina", precisó la artista.
En "¡Churo!" está la voz de Mariana hecha arroyito cantarín, viento rockero, rítmico aleteo de mariposas o alegre taquirari. Y están las letras de Mauro, inspiradas en el reino animal característico de nuestra región. "Pensamos en compañeros habituales de la niñez de muchos chicos del norte -explicó Mauro-. La interacción cotidiana con los habitantes de un jardín o patio más algunas especies coloridas de la región, como el suri o la vicuña. Con esa base y el mensaje positivo como regla, tratamos de hacer atractiva alguna actividad en particular o el día a día de esos bichos y animales. El cuis, el rococo, los pirpintos, las lombrices y el bicho bolita... Todos estos seres fueron los coprotagonistas de la película de mi infancia. Son las letras que me hubiera gustado escuchar cuando fui niño", confesó.

María Elena
Hay en "¡Churo!" cierta valiosa reminiscencia de la travesura con que María Elena Walsh logró renovar la canción y la poesía para niños desafiando al idioma, añadiéndole ternura sin azucarar y risa sin falsificar. "María Elena es fuente de inspiración inevitable. Está en nuestro ADN. El desafío es darse cuenta de que a un niño se le puede transmitir un mensaje más elevado y que lo va a captar a la perfección. Vienen con otro chip que el nuestro a sus edades y están ávidos de absorber información. En estos tiempos de bombardeo sensitivo, hacerlo desde la canción es casi un acto de rebeldía", coincidió Mauro.

Por "¡Churo!" se pasean el cuis, el suri, la lombriz, el bicho bolita, los pirpintos, la vicuña, el quirquincho... También hay canciones que repasan palabras de entrecasa, sencillas pero mágicas (gracias, por favor, disculpas, permiso, te extraño); palabras que dicen lo mismo aunque suenen distintas (lindo es churo, tuy es caliente, chuy es frío)... Y canciones que celebran encuentros, como una tarde de ensueño compartida por "las flores más bellas" (Frida Kahlo, Violeta Parra y Mercedes Sosa), entre música y colores.
"¡Churo!" se puede obtener en todas las tiendas virtuales (iTunes, Spotify, Deezer, Xbox, Amazon y Mercado Libre) y en librerías de Salta. El disco será, además, el pretexto de una serie de presentaciones en vivo que Mariana Baraj hará este año por todo el país.

Algunas de las canciones de ¡Churo!

En total son once temas, con música de Mariana Baraj y letras de Mauro Rodríguez.

¡Churo!: chinas y changos, chicas y chicos; tuy y chuy, caliente y frío... Dicen lo mismo y son diferentes porque compartimos el continente.
Pirpintos: simples maripositas que visitan de a miles el norte argentino en días calurosos. "No por ser menos vistosa, eres menos mariposa...".
Rey rockoco: sapo gigante y bonachón sudamericano que visita los jardines y galerías de las casas en el campo para disfrutar entre macetas de su manjar predilecto: los bichitos atraídos por las luces.
Palabras mágicas: resalta valores positivos cotidianos como la costumbre de saber pedir permiso o perdón, o saber decir te quiero y te extraño.
Las flores más bellas: Frida Kahlo, Violeta Parra y Mercedes Sosa viajan a su infancia y se encuentran en esta canción de amigas latinoamericanas.
Chanchito de la tierra: sobrenombre del popular bicho bolita. Su vida y su don de abrirse y cerrarse.
Al Quirquincho de Lata: gigante monumento metálico que representa al quirquincho, obra del artista cordobés Leo Cabral. "Siempre quieto en la rotonda, como quien espera alcanzar pasito a paso la precordillera".

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