El jueves pasado, avanzadas las 7 de la mañana, descendían del Abra de Muñano, ubicado 32 kilómetros al noroeste de Santa Rosa de Tastil, por el camino viejo, unos 2.000 peregrinos provenientes de San Antonio de los Cobres. El impulso inaugural había quedado en la Mina Patito, ubicada en Salar del Centenario y a 290 kilómetros del santuario. En el trayecto por Sijés, Santa Rosa de los Pastos Grandes, Abra El Gallo y Olacapato, más caminantes habían engrosado ese río caudaloso y de varios brazos que inicia la peregrinación minera.
Como ya es tradición, a las 9 los esperaron los Cruz en La Bomba, con el desayuno. Había mucho movimiento en la casa de adobe con techo de paja. El viento impiadoso no detenía el trajín de esta familia. Sobre dos tablones habían dispuesto bollos y pan prolijamente cortados. Humeaban las ollas de mate cocido y de picante de panza. El equipo de El Tribuno dialogó con los peregrinos mientras recuperaban el resuello, alimentándose y descansando brevemente antes de seguir su camino en búsqueda del Dios que ya llevan dentro.
Cuando se comparte tiempo con estos viajeros se concluye que andar determinada distancia no es igual a peregrinar. "Caminar -dice Carlos (61), desde la experiencia de su sexta participación- lo hacemos todos alguna vez en la vida y por distintas causas. Te apremia llegar pronto, cuántos kilómetros te faltan, te preocupás por dónde vas a dormir o qué vas a comer. Las ampollas, dolores de cintura, talón o rodilla, el sueño y el cansancio te preocupan, acaparan tu atención".
Sin embargo agrega que pronto el camino transmuta a quien lo emprende: "Las metas se clarifican, el horizonte se hace nítido y Dios se presenta en su máxima expresión en la naturaleza. Nos cuestiona, responde y corrige".
Mario Sangüezo (37) es minero y este es el séptimo año que forma parte del contingente de las minas Martillo y Patito. A ellos se adhirieron trabajadores de Ulex, Euroboro, Bórax, Santa Rita y Maggie. En total eran cien, incluidos sus familiares. La mayoría trabaja sobre máquinas y no se ejercita especialmente antes de emprender viaje. Sangüezo inició con ocho compañeros en 2007 la peregrinación minera. Según él, el tramo más difícil que deben cubrir son los 73 km entre Santa Rosa de los Pastos Grandes y San Antonio de los Cobres, y la distancia entre esta y Santa Rosa de Tastil. Mientras que en los otros parajes y pueblos las caminatas son más racionadas. Traen consigo las imágenes de la Virgen del Valle, San Cayetano y la Virgen del Milagro.
"Para nosotros es un retiro espiritual. Trabajamos todo el año y esperamos para venir rezando y compartir otra actividad con los mismos compañeros y nuestros jefes", destaca.
Cerca de él está Cristophe Thirrier (48), un francés empleado en la Examine Sudamérica S A., de la compañía europea Eramet. Se sumó por primera vez al contingente, atraído por los relatos de los trabajadores de Mina Patito, cercana a la Examine. "A la gente de Patito la conocemos desde hace mucho y hace mucho que nos hablaban de esto", cuenta. No es un católico practicante, por eso para él la caminata adquiere otro significado. "Es un seguimiento de todos los días de nuestra vida en las minas. Es linda la fe que se ve aquí. Todos se ayudan, se soportan, y eso me moviliza", define.
Alejandra León Barreto (50) vive en la zona del aeropuerto. Había viajado hasta San Antonio de los Cobres con su hijo Maximiliano (12), una amiga y dos niños más para transitar hasta el santuario. "Esta es una experiencia muy linda, pero lo fundamental es la fe que te va conduciendo y te llama", dice.
Entre mística sacrificio y profunda visión de fe
El cristiano nunca se aparta del sentido profundo de "ser peregrino en esta tierra". Por ello entiende la vida como un camino para llegar a la unión con Dios después de la muerte. El padre Dante Bernacki, vicario general de la catedral basílica, es la cuarta vez que peregrina desde Mina Patito. "La motivación hace que peregrinar no tenga esa característica que suele creer la gente: el sacrificio. Pero hay que ponernos a caminar teniendo en cuenta la meta: llegar al santuario. El argumento debería ser al revés: los obstáculos pueden ser superados porque el corazón busca con alegría al Señor", expresa. Este contingente llegará mañana a las 15 a la catedral. Allí no estará Carlos, quien va solo hasta Quijano. "Descubrí como peregrino mucho más de lo que esperaba. Me cambiaron la vida cada sonrisa o palabra de apoyo que oí, las comidas que saboreé y los abrazos y lágrimas que compartí", cierra.
Con repique de bombos
"Vivamos el Milagro con fe y tradición" es el lema de la peregrinación de los Bombos del Milagro que, por cuarto año consecutivo, se sumará desde Atocha a los miles de fieles que llegan hasta los santos patronos.
La marcha saldrá mañana a las 6.30 desde la capilla de Atocha, harán un alto en la plaza Gurruchaga, a las 10, y continuará hasta calle Buenos Aires y 9 de Julio, donde tienen previsto llegar al mediodía. En el atrio de la Catedral Basílica cantarán, con aire de zamba, el Himno al Señor del Milagro y Doce estrellas del cielo de María, además de un tributo especial a los patronos consistente en un repique de campanas hecho con bombos, con la participación de Omar Cabral y sus Sacheros y alumnos de la academia de danzas folclóricas El Pretal de Güemes, del barrio San Rafael, organizadora de la iniciativa, que estará coordinada por Luis Corimayo y Soledad Tilca.
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