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Una nutrida caravana de empleados de una fábrica maderera cerrada recientemente por disposición de la Justicia recorrió ayer las calles de la ciudad de Orán pidiendo por la continuidad de la empresa. Son 72 las personas que ven peligrar sus fuentes laborales.
La marcha tuvo como destino el edificio de Tribunales y los empleados fueron acompañados por familiares, directivos y obreros madereros de otras empresas.
Los vecinos de la zona donde está ubicada la fábrica habían realizado varios reclamos. Aseguraron que no desean que se clausure el aserradero, sino que sus propietarios adopten las medidas que por ley se exigen para evitar la contaminación por la quema del aserrín, los ruidos molestos durante la noche y la gran cantidad de roedores que salen de sus galpones.
También el Centro de Obrajeros del Norte manifestó su preocupación por la situación. “Los empleados quedaron sin poder asistir a su trabajo, ignorando si se dispondrá alguna medida que les permita retomar sus labores. Una suspensión obligatoria de las actividades, más allá de unos pocos días, puede poner en riesgo la continuidad de la empresa”, dijeron. Los trabajadores cuentan, además, con el apoyo del Sindicato de Madereros.
“Si se otorgan plazos a la firma y se levanta la prohibición de trabajar, todo estará mejor encaminado”, señaló el intendente de Orán, Marcelo Lara Gros, quien aclaró que su gobierno ya había ordenado a la empresa el retiro del aserrín.
El ministro de Gobierno de Salta, Julio César Loutaif, en declaraciones a un medio local, señaló que este problema debe tener una salida ordenada y para ello tienen que realizarse reuniones entre las partes.
También recordó los casos de problemas ambientales que ocasionan algunas industrias y que se procuran solucionar, pero “concediendo tiempo suficiente para que medidas como esta no produzcan efectos negativos”.
“El plazo fijado para la próxima audiencia, en febrero, representa el cierre definitivo de la fábrica. Esta es una medida apresurada. Nunca fuimos notificados”, dijeron los dueños de la empresa.
Los vecinos de los barrios Jardín y Gemes presentaron notas de reclamo a raíz de enfermedades provocadas por la polución de aserrín y supuestos gases tóxicos que despide el establecimiento. El Tribuno intentó comunicarse, sin éxito, con el Juzgado de Instrucción Formal de 2ª Nominación del Distrito Judicial del Norte, ahora a cargo de Lucio Gareca.