Luego de ser testigos y oyentes de una descomunal orgía de drogas, alcohol y sexo entre un grupo de adictos y uno o dos travestis en un espacio comunitario oscuro dentro del complejo habitacional Parque la Vega, ubicado en la zona sur de la ciudad, vecinos del barrio se presentaron ayer en El Tribuno y reclamaron acciones policiales que pongan coto a su calvario.

“Estos hechos ocurren todos los días, las 24 horas, en una zona oscura, y sus protagonistas son todos adictos a las drogas, quienes se han criado en el complejo”, contaron los denunciantes, quienes pidieron reserva de sus nombres por temor a represalias.

“Lo que sucedió anoche no tiene nombre: llevaron a uno o dos travestis y sin ningún prejuicio y obnubilados por el consumo de pasta base de cocaína y alcohol, mantuvieron sexo con él o con ellos, sin importarles que eran vistos y escuchados. Fue terrible. Los cabecillas son un tal “Chochán” y “Fede” y su grupo lo conforman otros ocho sujetos de entre 18 y 30 años. Se drogan y beben todo el día”, dijeron.

“Nosotros veníamos soportando algunas cosas -intervino una universitaria- pero lo de anoche (por ayer a la madrugada) fue terrible: estuvieron gritando sin parar e incluso pude observar cuando mantenían sexo con un travesti. Era repugnante”. Los vecinos opinaron que el accionar de esta gente se ve favorecido porque el núcleo habitacional está rodeado de malezas, oscuridad y edificios abandonados que sirven como aguantaderos.

Consultado sobre el tema, el administrador del consorcio, José Ormeño, afirmó tener conocimiento sobrelas actividades de estos jóvenes y dijo que “ya me presenté a la comisaría 15 a raíz de las numerosas quejas que recibí, pero los vecinos no formalizan las denuncias por miedo y eso entorpece el accionar policial”.

Por su parte, efectivos de esa dependencia confirmaron que varios integrantes del problemático grupo, como su cabecilla, “Chochán” Cisterna, tienen causas por robos y hurtos. “Los tenemos en la mira”, expresaron. Mientras tanto, el temor de la gente de la zona se acrecienta día tras día y la impunidad con la que actúa dicho grupo de adictos parece no tener fin.