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No es de extrañar que, según las encuestas, un 70 por ciento de los votantes latinos apoyarán al presidente Barack Obama, mientras que sólo un 25 por ciento respaldarán al gobernador Mitt Romney en las elecciones de Estados Unidos. Hay diez grandes razones por las que a una inmensa mayoría de hispanos le resulta muy difícil votar por Romney.
Aquí van, sin ningún orden en particular:
- Primero: en temas económicos que tocan el bolsillo de los votantes, Romney ha dado la imagen de ser el candidato de los ricos, que quiere bajar los impuestos a los millonarios y desregular a Wall Street. El comentario de Romney filmado secretamente durante un evento privado en el que dijo que el 47 por ciento de los votantes dependen de subsidios del gobierno, y que por lo tanto “mi tarea no es preocuparme de esa gente”, reforzó la idea de que a Romney no le interesan los pobres.
- Segundo: en temas macroeconómicos, los ataques de Romney contra Obama por el estado anémico de la economía son vistos por muchos latinos como un ejercicio de hipocresía. ¿Acaso no fue el partido republicano de Romney, durante la presidencia de George W. Bush, el que dejó el país con el mayor desastre económico desde la Gran Depresión?, preguntan.
- Tercero: en materia de salud pública, los virulentos ataques de Romney contra la ley que ofrece servicios de salud a todos los estadounidenses, alarmaron a la mayoría de los latinos. El hecho de que el mayor país industrializado del mundo no hubiera tenido servicios de salud para 45 millones de personas era visto por muchos como escandaloso.
- Cuarto, en educación, Romney ha propuesto que el gobierno central juegue un rol menor, y apoyó un presupuesto de su compañero de fórmula, Paul Ryan, que reduciría las Becas Grant a alrededor de 10 millones de jóvenes universitarios, muchos de ellos latinos.
- Quinto: en materia del gasto militar, Romney ha pedido un aumento de 100.000 millones de dólares para el 2016, mientras se recorta el resto del gasto gubernamental. Muchos latinos temen que aumentar el gasto militar obligaría a realizar aún más cortes en los servicios sociales.
- Sexto: en inmigración, el tono virulento de Romney contra los indocumentados molestó a muchos latinos, y su apoyo a la ley antiinmigratoria de Arizona, y su promesa de vetar el Dream Act -que ofrecería legalizar a muchos universitarios indocumentados- indignó a muchos hispanos.
- Séptimo: con respecto al control de armas, la mayoría de los hispanos quieren leyes de control de armas más severas. Mientras que Romney se opone a nuevos controles a las armas, los latinos quieren leyes mas estrictas, según un estudio del Pew Research Center.
- Octavo: en lo que hace a las guerras, a muchos latinos no les convence la propuesta de la plataforma republicana de lograr “la paz mediante la fuerza”, que temen podría llevar a nuevas aventuras bélicas. Muchos latinos están en el ejército, y son contrarios a las guerras no esenciales.
- Noveno: en materia de terrorismo y política exterior, pese a que Romney acusa a Obama de haber sido complaciente con el fundamentalismo islámico, fue el gobierno de Obama el que eliminó al líder de Al Qaeda Osama Bin Laden, y el que impuso duras sanciones económicas a Irán.
- Décimo: en general, el partido republicano de Romney ha virado tan a la extrema derecha en casi todos los temas, que Romney, de ser elegido, difícilmente podría girar hacia el centro. Considerando su historia de cambios constantes, un nuevo cambio lo expondría a ser ridiculizado como un camaleón político que no puede ser tomado en serio.
Mi opinión: Si Romney logra solamente el 25 por ciento del voto hispano, como indican las encuestas, será el menor porcentaje del voto hispano logrado por un candidato republicano en dos décadas. Y se deberá a que Romney se ha alineado de lleno con la extrema derecha de su partido, incluyendo a los fanáticos anti-inmigración que apoyan las leyes de “muéstreme sus documentos” que podrían afectar a todos los hispanos.
Ahora, la gran pregunta será si el 70 % de latinos que apoyan a Obama saldrán a votar el martes, o se quedarán en sus casas. Eso será el factor que podría decidir estas elecciones, y el futuro del poder político de los latinos.