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El reconocido politólogo y sociólogo argentino, doctorado en Ciencias Políticas por la Universidad de Harvard, pasó por Salta en el marco de la Jornada de Derechos Humanos XXI, que se llevó a cabo la semana pasada.
En la entrevista, Borón se posiciona desde un plano de la crítica verdadera al Gobierno nacional. Destaca las buenas políticas y advierte sobre los peligros de algunas de sus medidas. No se encarna como un opositor y se podría asegurar que detesta a los que siguen ciegos los argumentos del kirchnerismo.
Borón siempre exaltó la polémica y hasta es evidente que para él la tarea pasa por el diálogo y el entrecruzamiento de ideas.
Aquí, sólo algunas de sus ideas para abrir la discusión.
Dicen que fue un éxito el encuentro de Derechos Humanos...
Sí, había mucha juventud que quería escuchar lo que yo vengo discutiendo desde hace muchos años. Es gratificante porque pensé que no iba haber una buena respuesta. El salón estaba tan lleno que fueron a buscar más sillas.
¿Y sobre qué habló?
Yo hablé sobre la lucha por los derechos humanos en el marco regional. Sobre la contraofensiva lanzada por EEUU para recuperar el control en América Latina y sobre la nueva fase del imperialismo.
Al imperialismo usted lo define como una víbora que cambia el cuero pero no la esencia...
Así es. Sus propios intelectuales, como Zbigniew Brzezinski, un polaco americano, hombre de confianza de David Rockefeller y uno de los animadores de la comisión trilateral, lo admiten. Escribió un libro llamado “Una Visión Estratégica de EEUU y el Poder Global”, aún no traducido al castellano, donde hace un balance sobre la declinación del poderío norteamericano. Entonces, una cosa es que lo diga yo y otra que es lo diga un intelectual de la derecha. El hombre define 5 rasgos paralelos entre la decadencia de la Unión Soviética y la de los EEUU. En los 10 o 15 años antes de su derrumbe da la voz de alarma y dice que, como la URSS, hoy EEUU no tiene un sistema de partidos políticos que brinden soluciones, que el gasto militar aumentó exponencialmente, que está perdiendo en la carrera tecnológica, resaltó la polarización social y por último que quedó aislada en el sistema internacional. Ahora bien, es dentro de ese marco que yo trato sobre los derechos humanos.
Pero ahora EEUU presiona de diferente manera
En rigurosidad académica sí. EEUU es un imperio y como todos los imperios aplacan los ánimos locales de independencia y buscan desunir. Ellos quieren tener una América Latina subordinada a su voluntad. Eso implica que no pueden tener un gobierno que vaya en su contra o que sean autonomista. Nicaragua y Paraguay son ejemplos de ese nuevo poder blando.
¿Y cómo es el Gobierno en Argentina?
Acá hay políticas que fueron muy avanzadas y otras que no tanto. La Asignación Universal por Hijo es correcta; la recuperación de las AFJP está bien; las políticas de expansión universitarias y aumento del presupuesto en las universidades para ciencia y tecnología es importante; en materia de DDHH somos únicos; y el alineamiento internacional de Argentina es fundamental. Porque Argentina no se va a salvar de la mano de EEUU o Europa, como dicen los publicistas de la derecha de acá que son personas que hablan por hablar o que tienen medios en el cual hablar con absoluta irresponsabilidad. Argentina y Brasil, fuera del contexto de América latina, no tienen salvación. Entonces tenemos que unirnos entre nosotros porque sino los países desarrollados nos van aplastar. La idea bucólica de comerciar con los países desarrollados es absurda. Revela el desconocimiento total de quien lo enuncia.
¿Y las que no son tan avanzadas?
Bueno, hay puntos donde el kirchnerismo podría haber actuado como yo esperaba, pero no lo hizo y que son la sojización, la política energética reaccionó muy tarde; no tener una política antiinflacionaria es un error, ya que alguien convenció a la presidenta que cualquier medida antiinflacionaria es de derecha es un error con mayúsculas. Creo que el INDEC es un problema serio. Hay otra serie de cosas que salieron; como ahora la idea del candidato Insaurralde de bajar la imputablidad, como lo es la ley antiterrorista o la postulación de Milani para Seguridad. Pero en esto debo ser claro: hay aciertos muy importantes y hay errores que deben ser corregidos.
Faltó la reforma tributaria...
Sí, la necesidad de una reforma tributaria es una necesidad que se viene planteando desde hace 10 años.
¿Y qué le pasa a la izquierda nacional? ¿Le robaron algunas banderas?
El kirchnerismo ha tomado algunas de las banderas de la izquierda, por ejemplo el alineamiento internacional con países de la región, la bandera de la estatización de Aerolíneas Argentina. Y entonces la izquierda quedó un poco desconcertada y dividida. Hay algunos que ven al kirchnerismo como el gran sector a derrotar; pero yo creo que eso es un error. Y hay otros sectores que está tratando, a partir de algunas alianzas tácticas, de avanzar y profundizar en reformas que no estaban en la agenda de kirchnerismo pero que intentan establecerlas. Sucede que Argentina es un gran aliado para países como Venezuela, Ecuador y Cuba y ese no es un dato menor; es fundamental. Ahora que haya áreas en donde hay mucho por avanzar es cierto. Yo he sido muy crítico cuando se habla de profundizar el modelo. Creo que es cierto esto de acompañar el crecimiento con mayor igualdad social, pero acompañada de políticas antiinflacionarias. Aunque ya se avanzó en la redistribución de las riquezas y los ingresos, es mucho lo que falta.
Pero en el caso de YPF a muchos no los convenció cuando entró Chevron...
En esto no. No me gusta el acuerdo YPF con Chevron porque no puedo leer la letra chica. Ni yo ni los legisladores neuquinos. Entonces ahí se produce un desconcierto en la izquierda.
¿No tiene miedo de que si el kirchnerismo pierde vuelve la derecha con todo su esplendor?
No creo que vuelva. Va a haber una situación que no va a ser tan fácil. El argentino es especial y no dejará poner políticas regresivas después de una experiencia como la kirchnerista. Yo creo que ahora estamos todos desunidos y desorganizados, pero si llega a venir una derecha dura puedo asegurar que el proceso de unidad funcionará perfectamente.