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Junto a mi deseo de inmensa felicidad para toda la gente por la Pascua de Resurrección, quiero compartir una humilde poesía de mi autoría, titulada “El hombre”. La misma dice: “El hombre despertó de su sueño, se quitó la mortaja y pisó el suelo; tocó su cuerpo maltratado, le dolían las heridas, la cabeza y el costado. Todo estaba oscuro a su alrededor y se encontró solo. solo con su congoja y su dolor. El olor a sangre le impregnaba la nariz y una pena grande le apretaba el corazón. De pronto, una amplia luz asomó ante sus ojos, unos seres celestiales corrieron la roca que lo encerraba y lo invitaron a salir. Entonces volvió en sí. Recordó la promesa de su Padre y comprendió que no habría para Él último día. Miró hacia la luz, se dirigió a ella y, con gran decisión, salió al mundo nuevamente a buscar a sus amigos, para encomendarles la tarea a realizar en el tiempo sucesivo”.
Daniel E. Chávez
S.M. de Tucumán