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No entiendo por qué el presidente del Concejo Deliberante de la Ciudad de Salta, Tomás Rodríguez, se sintió ofendido por tener que escuchar la verdad. Los dichos de monseñor Dante Bernacki son totalmente ciertos. Los concejales se fijan en cosas intrascendentes y no van al fondo de la cuestión.
Hay problemas más serios y más graves que afectan a la ciudadanía, sobre todo a los sectores carentes de recursos de la ciudad. Como dice nuestro papa Francisco, debemos ocuparnos de los ancianos, de los niños, y
de todos aquellos que se encuentran en estado de vulnerabilidad, refiriéndome a la indigencia, a la pobreza, a la desnutrición de nuestros niños y ancianos, como así también a nuestros jóvenes, y no tan jóvenes, que por no tener un futuro por falta de valores, han caído en el alcoholismo, conllevándolos a la droga y a la destrucción de la familia, cualquiera sea su modalidad.
El señor Tomás Rodríguez no vaciló en faltarle el respeto a monseñor Bernacki, tildándolo de oligarca, neoliberal y de opositor. No supo medir la distancia que existe entre él y monseñor, que es la segunda autoridad de la Iglesia de Salta, no lo respetó como persona, ni en su investidura. Monseñor Bernacki en ningún momento le faltó el respeto a nadie, decir la verdad, no significa faltar el respeto. Me pregunto, ¿decir la verdad molesta tanto? Considero que la pérdida de tiempo de los señores concejales, que son elegidos por el pueblo a quienes se les otorga el mandato para que nos representen, garantice nuestros derechos y no sea para que se fijen en cosas absurdas, como ser el tema de la pirotecnia o el simple cambio de nombre de una calle; trayendo aparejado con ello gastos imprevistos e innecesarios, los cuales deben ser pagados por el pueblo a través de los impuestos, dado que los mismos no salen de los bolsillos de los señores concejales. ¿Será para justificar el suculento sueldo que cobran a fin de mes sin hacer absolutamente nada?
Hay gente que vive en la periferia, en el medio del barro, soportando inundaciones y tomando aguas servidas, mientras que ellos realizan viajes en sus autos último modelo con aire acondicionado y calefacción, o bien usando los vehículos oficiales para su uso particular. Esa gente no tiene para comer y deben viajar en colectivo como ganado para poder llegar a sus lugares de trabajos. Pero cuando están en campaña, los van a buscar para que los voten, regalándole bolsones con mercadería y prometiéndoles cosas que nunca les
van a cumplir. Quien no sigue los consejos del papa Francisco es el señor Tomás Rodríguez, dado que con
sus dichos agraviantes lo ha ofendido, confrontado y hostigado a monseñor Bernacki en plena Semana Santa. El padre Dante, como se lo llama comúnmente a monseñor Bernacki es una bellísima persona, un hombre de bien, con un profundo amor por Cristo y por la Virgen María, querido y respetado; que siempre dice lo que piensa respetuosamente.