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Si vemos al fútbol como una guerra, y si lo imaginamos como una batalla o un combate, esto influye en la forma que adopta este deporte. Pero es una estructuración metafórica parcial, no total. En el fútbol, generalmente, se sigue una pauta o algunas reglas, es decir, en él “hay ciertas cosas que hacemos y no hacemos característicamente” (Lakoff y Jonhson) y es sistemático, incluso el lenguaje. Si conceptualizamos al fútbol como un combate, inmediatamente lo pensamos como una lucha, en este caso una lucha entre seres humanos. Somos “animales racionales”, hemos institucionalizado nuestra lucha de diferentes maneras, una de las cuales es la guerra. El resultado de esta sublimación de lo bélico es lo lúdico, desarrollándose una institución social como el fútbol. Es una guerra sublimada a través del juego/deporte, todo vale: se ataca, se difiende, se contraataca, etc.; decimos: “nuestra escuadra se lanzó a la carga sorprendiendo al rival”; “las huestes locales invadieron territorio enemigo”; “disparando un cañonazo, fusiló al arquero”, “el adversario ataca”; “defensa de posición‘; ‘hay dominio sobre el perdedor”, “abrió una brecha”, “fue un tiro por elevación”, etc., etc. También utilizamos términos como: defensa, maniobras, retirada, tregua, rendición, victoria, vencedor, perdedor, contienda, áreas, barrera, ataque, tiro directo/indirecto, etc. A la cancha la denominamos “campo de juego”, “territorio”, tiene flancos, colocamos “barrera defensiva”; la pelota “se estrelló” en el ángulo; el equipo “se lanzó a la carga”; hubo “intento de agresión” y más. El balón es un proyectil, los jugadores una escuadra; el penal es la pena máxima; el equipo contrario es el rival, el oponente; los jugadores son soldados, gladiadores; el goleador es un artillero, un héroe; los comanda un “capitán”; denominamos “bastión” al arco y la defensa es “una trinchera”; el director técnico es el estratega, el responsable táctico. Pero en el fútbol no tiene que haber muertos. Lamentablemente, los irresponsables que están dentro o fuero de la cancha -que son los menos- no entienden que el fútbol es un deporte, quizás el más bonito del mundo, y nada más.