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Los baños minerales y las aguas termales son piscinas naturales que contienen minerales. Nadie sabe por qué se formaron o por qué la temperatura de estos baños es más alta que la de la mayoría de las fuentes de agua. Estos sitios se usan desde hace miles de años para aliviar los problemas de salud y como método para relajarse. De hecho, los baños con aguas minerales ofrecen muchos beneficios.
Según el doctor Andrew Weil, sumergirse en una fuente termal puede reducir numerosos problemas musculoesqueléticos, como dolores en as articulaciones, fatiga muscular, daño en los tejidos y los ligamentos, y artritis. Los chinos y los japoneses usan las aguas termales para tratar estas condiciones desde hace cientos, o miles, de años. El beneficio principal de estos baños minerales proviene de la temperatura cálida del agua, que alivia los músculos doloridos, y de los minerales, que penetran en la piel y funcionan como estimulante de los procesos corporales naturales.
De acuerdo con Weil, los baños minerales también pueden disminuir la presión arterial elevada. Parte de este beneficio se debe a que las termas mejoran la circulación, debido a la temperatura del agua y a la agitación que a menudo está presente en estos baños minerales.
El eccema es una afección dérmica que exhibe una piel seca y descamada de forma crónica. Los baños regulares en aguas minerales y termales pueden reducir los síntomas de esta afección. El baño mineral más grande del mundo, el Mar Muerto, recibe a miles de visitantes cada año que buscan aliviar sus síntomas de eccema.