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El equipo médico que atiende al presidente estadounidense, Donald Trump, en un hospital militar aseguró ayer que el mandatario evoluciona "muy bien", mientras que una fuente cercana manifestó que el viernes hubo gran preocupación sobre su estado y las próximas 48 horas (entre ayer y mañana) serán "críticas" para conocer el impacto de la COVID-19 en su salud.
El doctor personal del presidente, Sean Conley, dijo ayer en rueda de prensa que el mandatario amaneció con signos positivos en su recuperación, al no registrar fiebre, no requerir oxígeno y mostrarse activo y optimista desde la suite presidencial del hospital militar Walter Reed, a las afueras de Washington, donde fue trasladado el viernes por la tarde.
Conley intentó presentar un panorama optimista y no quiso entrar en detalles sobre las razones que condujeron a la decisión de ingresar a Trump el viernes, menos de 24 horas después de que se hiciera público que había dado positivo por la COVID-19.
Según reveló a los periodistas acreditados ante la Casa Blanca una fuente familiarizada con la salud del presidente, sus "signos vitales en las últimas 24 horas fueron muy preocupantes y las próximas 48 horas serán críticas en lo que se refiere a su cuidado".
En opinión de esta fuente, el mandatario no está aún "en un camino claro hacia la recuperación", unas cautelas que también mostraron miembros del equipo médico del Walter Reed ayer en su rueda de prensa.
"Hemos comenzado las terapias avanzadas más temprano de lo que sucede en un paciente normal, pero por el momento es difícil decir en qué punto se encuentra (el presidente). Evaluamos la situación a diario: ¿Necesita estar aquí, qué necesita y hacia dónde va?", señaló Conley, quien recordó que Trump tiene factores de riesgo, como su edad (74 años) y un ligero sobrepeso.
Los médicos detallaron que vigilan muy de cerca las constantes cardíacas y de los riñones de Trump y que por el momento ambos órganos funcionan con normalidad.
Trump está recibiendo un tratamiento de cinco días con el antiviral Redemsivir de Gilead Sciences y el viernes le fue suministrado el cóctel de anticuerpos de la farmacéutica Regeneron.
Según Conley, el mandatario está de buen humor e incluso ha dicho que se sentía capaz de abandonar el hospital ayer mismo, pero los doctores mantendrán su observación hasta asegurarse de que no hay incógnitas sobre su evolución y se determine que puede recibir el cuidado y vigilancia que requiere desde la Casa Blanca.
Conley dijo que Trump solo presentaba tos y fatiga durante la mañana de este sábado, no necesitaba oxígeno suplementario y seguía trabajando con su jefe de gabinete, Mark Meadows.
No obstante, ante las preguntas de si Trump tuvo que recibir oxígeno el viernes, Conley se limitó a decir que no lo ha necesitado ayer ni desde que llegó al hospital.
Según el diario The New York Times, el viernes, Trump comenzó a experimentar dificultades respiratorias y sus niveles de oxigenación en sangre cayeron, por lo que se le suministró oxígeno y se decidió que lo más apropiado era trasladarlo al hospital militar de Walter Reed, donde el mandatario recibe un cuidado más extenso y dispone de una zona de trabajo.
La primera dama, Melania Trump, permanece en la Casa Blanca y no muestra complicaciones, después de confirmarse que, al igual que su marido, había sido contagiada con la COVID-19, que ha matado a más de 214.000 personas en Estados Unidos.
Hay dudas sobre el próximo debate
El segundo debate de cara a las elecciones de Estados Unidos entre Donald Trump y Joe Biden está previsto para el miércoles 15 de octubre a las 21 en el centro de artes Arsht de la ciudad de Miami.
Con un resultado positivo de COVID-19 (en este caso Trump), la primera indicación es que la persona debe aislarse. En casos moderados, en Estados Unidos están sugiriendo 10 días de aislamiento y repetir la prueba. Los días empiezan a correr desde el momento en que la persona estuvo expuesta al virus. Se cree que el presidente de EEUU se contagió miércoles o jueves, porque para el debate del martes a todos los presentes en la sala de Cleveland en la que se enfrentaron los candidatos tuvieron que hacerse la prueba de COVID-19.
A esta altura no se sabe si el Presidente estará en condiciones físicas de debatir. Los síntomas pueden aparecer entre 2 y 14 días después de que se haya contraído el virus. Y con 74 años, Trump está dentro de la categoría de riesgo.