inicia sesión o regístrate.
Hoy es muy común cruzarnos con personas altamente irritables. ¿Por qué alguien vive constantemente con irritación? Esta condición podemos pensarla desde dos lugares diferentes:
Por un lado, tenemos al irritable circunstancial. Es aquel que vive bajo estrés, sometido a muchos factores estresantes, diversos problemas y dificultades. Como consecuencia, se vuelve hipersensible e hiperreactivo. Y, por otro lado, está el irritable permanente que, aun cuando sus circunstancias no sean tan estresantes, vive irritado con todo el mundo. Entonces, le cuesta sociabilizar con los demás.
Poca tolerancia
Es alguien que tiene poca paciencia, poca tolerancia al conflicto, poca tolerancia a que el otro piense de otra manera y bajo nivel de empatía. Está constantemente reaccionando como si todo se tratase de “matar o morir”. Para él o ella, todo es motivo de guerra interpersonal, incluso un ruido molesto.
¿Qué le sucede a esta persona que se irrita cuando está bajo presión o que vive irritada por todo? Sin duda, experimenta dificultades interpersonales porque tiene un bajo nivel de inteligencia emocional. Suelo decir que, en cualquier trabajo, nos contratan por nuestra capacidad, pero nos despiden por nuestro carácter.
Necesidades afectivas
Hoy se sabe que, si bien las habilidades técnicas son muy importantes, además necesitamos contar con habilidades afectivas. Es decir, con la capacidad de llevarnos bien con los demás.
Para ello, debemos conocer nuestras fortalezas y nuestras debilidades y usarlas a nuestro favor. ¿Qué tan bien te conocés a vos mismo, a vos misma?
Entonces, ¿qué hacemos con la irritación que sentimos?
En primer lugar, lo más aconsejable es ponerla en palabras. Hablar de lo que uno siente resulta muy terapéutico. Pero no hay que culpar ni etiquetar a los demás:
“Yo me siento así porque vos...”. Lo ideal para descargar la emoción sería expresar:
“Me pasa esto...yo siento esto...”. Así se le da reconocimiento a lo que uno está sintiendo y se logra una separación y, en especial, una catarsis.
En segundo lugar, en la medida de lo posible, se tienen que evitar los disparadores. Hay situaciones, lugares o, incluso, personas que nos pueden causar irritación.
Evitar
Cuando uno conoce qué es lo que la dispara, debería hacer todo lo posible por evitar eso de manera consciente.
Y, por último, un tip muy práctico para gestionar la irritación es hacer alguna actividad física que nos ayude a descargar las tensiones. Suele decirse que “nuestro cuerpo habla lo que nuestra boca calla”. Por eso, los médicos siempre aconsejan caminar, correr, andar en bicicleta, nadar y otras actividades por el estilo. Esto colabora a soltar la emoción negativa para que no quede encapsulada en el cuerpo.
Nuestro mundo
Si te sentiste identificado/a con esta nota, recordá que no fuiste creado para vivir con irritación. Todos nos molestamos en algún momento, sobre todo cuando estamos sobrecargados de responsabilidades, pero no permitamos que las emociones tóxicas nos controlen. Aprendamos a gestionar nuestro mundo emocional porque largo camino nos resta.
Instagram @berstamateas facebook.com/bernardostamateas. Live 9 pm todos los miércoles.