Las buenas prácticas exigen que los envases que hayan contenido productos peligrosos deben recibir un triple lavado y luego deben ser perforados. Posteriormente se deben depositar en centros de acopio, donde se revisa que el procedimiento haya sido bien realizado y se emite un certificado responsabilidad final al productor. A partir de allí, el material queda a disposición de los operadores, para su reciclado.
LE PUEDE INTERESAR