Nos prometen que estas fiestas de fin de año serán las que menos dolor causen a nuestros bolsillos. Por fin una buena! Nos prometen que habrá Navidad para todos, y brindis jubilosos el 31 para todos. Nuestros lectores se estarán preguntando si, por acaso, la inflación cedió el paso a la deflación. Nada de eso! La señorita inflación continúa firme en su puesto, y la señora deflación no regresó de su viaje al país de Nunca Jamás.
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Nos prometen que estas fiestas de fin de año serán las que menos dolor causen a nuestros bolsillos. Por fin una buena! Nos prometen que habrá Navidad para todos, y brindis jubilosos el 31 para todos. Nuestros lectores se estarán preguntando si, por acaso, la inflación cedió el paso a la deflación. Nada de eso! La señorita inflación continúa firme en su puesto, y la señora deflación no regresó de su viaje al país de Nunca Jamás.
¿Que cómo será eso? Pues, nos prometen que habrá sidra a sólo $3 (tres pesos), y que podremos comprar asado con irrisorios $20, (veinte pesos). Y, para rematar el feliz anuncio, nos prometen que en los supermercados se podrá adquirir panes dulces al mismo precio que la sidra.
-Oiga, oiga, nos dirán: -¿Quién o quiénes prometen la sidra y el pan dulce a tres pesos y el asado a veinte? ¿Papá Noel? ¿Los Reyes Magos?
No señores! Qué Papá Noel y qué magos de Oriente! Lo dice Papá Guillermito Moreno, secretario de Comercio Interior y calificado intérprete y ejecutor del pensamiento vivo de la moradora de la Casa Rosada!
¿Alguien va a dudar de su palabra?
Y si existe aluna duda es que el fondo somos unos ingratos. No puede ser que nos hayamos olvidado de “fútbol para todos y todas”, “cerdos para todos y todas”, “milanesas para todos y todas”, “pescados para todos y todas”, “fin de semana largo para todos y todas”, “subsidios para todos y todas”, etcétera.
Perfecto. Ahora tendremos “Navidad para todos y todas” y “Brindis de fin de año para todos y todas”. Papá Moreno asegura que con 100 pesos una familia tipo podrá ser dueña de una honorable y reconfortante canasta navideña. ¿Es posible más dicha?
Pero en este país no faltan (abundan, mejor dicho) los que se especializan en poner palos en la rueda. Los que te pinchan la ilusión. Los destituyentes de siempre.
Por ejemplo, anda por ahí gente haciendo preguntas insidiosas y sembrando pérfidas incertidumbres: ¿En qué almacén, quiosco, supermercado o tienda se venderá el asado a veinte pesos, y la sidra y el pan dulce a tres? ¿Habrá puestos callejeros? ¿La ganga será para todo el país?
Paren, paren! No arrebaten! Las cosas, si se quiere que salgan buenas, hay que hacerlas ordenadamente. Con método, no a la bartola.
Por esa razón Papá Moreno dispuso que la venta comience en el Mercado Central de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Y después se verá.
Adviertan los criticones e intrigantes de que esa forma no sólo se pone en marcha efectiva el plan, sino que se favorece al turismo, pues los habitantes de estas folklóricas provincias norteñas tendremos así oportunidad de viajar a Baires y regresar con sidra, pan dulce y asadito a precios regalados, además de habernos regocijado en la gran urbe.
Pero qué obcecada que es cierta gente! No le entra nada en el magín! Qué contrera! Grupos de estos descontentos profesionales andan alimentando, entre los vecinos, desconfianza sobre la calidad de los productos que la generosidad de Papá Moreno, les brinda por míseras chirolas.
-¿Se podrá tomar esa sidra? ¿El pan dulce con qué está hecho? ¿El asadito es de vaca o de perejil? ¿La canasta a 100 pesos trae algo adentro?, inquieren engañosamente.
Qué personajes! Pretenden el oro y el moro!
Y hasta se atreven a sugerir que todo eso es un desvergonzado bombo demagógico. No quieren a nadie! Son incapaces de reconocer la enorme sensibilidad, popular y nacional, de Papá Moreno que, con su iniciativa de facilitar que todos y todas pasen felices y económicas fiestas de fin de año, se anotó un golazo.
Lástima que no valga, porque lo hizo en orsai.