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Miércoles, 27 de abril de 2011 23:38

Recientemente la Presidenta habló de la necesidad de que se reduzcan las importaciones. Esto generó en sectores industriales, cámaras empresarias, países socios del Mercosur, China, la Unión Europea y hasta en el mismo Gobierno arduas discusiones, y fue cuestionado especialmente el otorgamiento de las licencias no automáticas de importación.
Para poder importar es necesario que se presente a la Aduana toda la documentación exigida por este organismo de los bienes a ingresar al país. De acuerdo con los productos de que se trate, se exige además que se adjunte la “licencia no automática de importación”, que es una autorización emitida por el Poder Ejecutivo para ingresar determinados bienes.
Estas licencias están contempladas en la Ley Nº 24.425, que en su artículo 3º prevé la creación de licencias no automáticas, procedimiento aprobado por la Organización Mundial de Comercio (OMC).
El Ministerio de la Producción, mediante resolución, dicta las normativas. La autoridad de aplicación y responsable de su implementación es el Ministerio de Industria, y la Subsecretaría de Política y Gestión de ese ministerio tiene a su cargo la administración de las licencias.
De acuerdo con las normas de la OMC, los plazos para el otorgamiento de estas licencias no deberían exceder los 60 días corridos, pero esos plazos no se están cumpliendo y hay demoras de entre 90 y 120 días.
Ante el avance de las importaciones -que crecieron un 45% en el 2010- y para tratar de contener la presión por el precio del dólar, el Ministerio de Industria dictó la resolución Nº 45/11 que rige a partir del 7 de marzo de este año, y amplió de 400 a 600 la cantidad de bienes que necesitan la emisión de licencias no automáticas de importación. Esto generó un gran descontento en sectores dependientes de estos productos, atento a la demora que ocasionará el ingreso de estos artículos.
Los 200 productos que se adicionan a los 400 ya existentes incluyen autopartes, textiles, vidrios, motos, automóviles, matrices industriales, papel, cartón, electrónicos, electrodomésticos, automóviles de alta gama (ya frenada la importación por disposiciones administrativas de Aduana), cascos para motocicletas y arbolitos de Navidad.
Según la opinión de los empresarios perjudicados por la medida, esta traerá retrasos en la llegada de innovación tecnológica, subas de precios y faltantes de productos; además de generar un clima de incertidumbre. Esto está en contraposición con los sectores empresarios impulsores de estas medidas, que las celebran.

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Recientemente la Presidenta habló de la necesidad de que se reduzcan las importaciones. Esto generó en sectores industriales, cámaras empresarias, países socios del Mercosur, China, la Unión Europea y hasta en el mismo Gobierno arduas discusiones, y fue cuestionado especialmente el otorgamiento de las licencias no automáticas de importación.
Para poder importar es necesario que se presente a la Aduana toda la documentación exigida por este organismo de los bienes a ingresar al país. De acuerdo con los productos de que se trate, se exige además que se adjunte la “licencia no automática de importación”, que es una autorización emitida por el Poder Ejecutivo para ingresar determinados bienes.
Estas licencias están contempladas en la Ley Nº 24.425, que en su artículo 3º prevé la creación de licencias no automáticas, procedimiento aprobado por la Organización Mundial de Comercio (OMC).
El Ministerio de la Producción, mediante resolución, dicta las normativas. La autoridad de aplicación y responsable de su implementación es el Ministerio de Industria, y la Subsecretaría de Política y Gestión de ese ministerio tiene a su cargo la administración de las licencias.
De acuerdo con las normas de la OMC, los plazos para el otorgamiento de estas licencias no deberían exceder los 60 días corridos, pero esos plazos no se están cumpliendo y hay demoras de entre 90 y 120 días.
Ante el avance de las importaciones -que crecieron un 45% en el 2010- y para tratar de contener la presión por el precio del dólar, el Ministerio de Industria dictó la resolución Nº 45/11 que rige a partir del 7 de marzo de este año, y amplió de 400 a 600 la cantidad de bienes que necesitan la emisión de licencias no automáticas de importación. Esto generó un gran descontento en sectores dependientes de estos productos, atento a la demora que ocasionará el ingreso de estos artículos.
Los 200 productos que se adicionan a los 400 ya existentes incluyen autopartes, textiles, vidrios, motos, automóviles, matrices industriales, papel, cartón, electrónicos, electrodomésticos, automóviles de alta gama (ya frenada la importación por disposiciones administrativas de Aduana), cascos para motocicletas y arbolitos de Navidad.
Según la opinión de los empresarios perjudicados por la medida, esta traerá retrasos en la llegada de innovación tecnológica, subas de precios y faltantes de productos; además de generar un clima de incertidumbre. Esto está en contraposición con los sectores empresarios impulsores de estas medidas, que las celebran.

Trabas al comercio exterior

Los países pueden optar por diversas formas de apertura al comercio internacional: a) cerrado totalmente, significa no importar nada; b) permitir la importación de productos que no pueden ser fabricados en el país, como innovaciones tecnológicas, y; c) permitir en forma controlada la importación de todos los bienes que existan en el mercado, entendiéndose la importación de productos que resulta más beneficioso fabricarlos en otros países.
Son muchas las formas que se utilizan para evitar que ingresen productos de otros países, aparte de la demora en la entrega o no de las licencias no automáticas de importación. Hay, por ejemplo, barreras alimentarias, fito y zoosanitarias, trabas administrativas, cupos, aranceles e impuestos altos para que los productos no sean comercialmente competitivos, etcétera.
Entre los motivos que justifican esta protección se pueden citar los siguientes: seguridad nacional, eliminar la dependencia económica, defender determinados sectores económicos y valores culturales, garantizar la paz social en el corto plazo o sólo por motivos recaudatorios.
Normalmente los países que tienen problemas con sus balanzas de pagos, balanzas comerciales, o que quieren garantizar la independencia económica y potenciar la capacidad de generar bienes, servicios y divisas utilizan el argumento de que al implementar barreras a las importaciones protegen la industria nacional.

Consecuencias de la medida
La implementación de nuevas licencias no automáticas ha generado opiniones favorables de algunos sectores industriales locales que se vieron favorecidos. Deberían estos comprometerse a no aumentar sus precios por la demora o prohibición del ingreso de productos importados similares, ya que ésa es la tendencia.
Con países como Brasil, que actualmente es nuestro mayor socio comercial, la relación no es de las mejores, ya que la mayor cantidad de bienes importados desde este país están bajo el nuevo régimen de las licencias no automáticas. Se corre así el riesgo de ser denunciado ante la OMC si la emisión de estas licencias demoran más de 60 días
Una industria que tiene problemas con esta medida es la automotriz, cuyas terminales que producen en Argentina tienen que importar autopartes desde fábricas instaladas en Brasil. Según diferentes versiones y para atemperar la situación, estas terminales tendrían “licencias semi-automáticas”. Brasil anunció que si no se modifican estas licencias, ellos también las implementarán, especialmente en la importación de autos fabricados en Argentina, actividad que explica el crecimiento de nuestra industria a valores récord.
Hay que ser más cuidadosos y serios al implementar medidas proteccionistas, ya que por proteger nuestras industrias podemos perjudicarnos. Es muy difícil comerciar con países donde las reglas de juego se cambian permanentemente. La ampliación del listado de productos que necesitan licencia no automática de importación, ¿será otro foco más de conflicto con muchos de los países con los que comerciamos?
 

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