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Sabado, 14 de mayo de 2011 19:00
El 3 de marzo de este año Estados Unidos pidió a la Argentina “ampliar la cobertura de radares en el norte” para fortalecer la lucha contra el narcotráfico.
La ONU advirtió en su informe anual sobre el uso de “aeronaves ligeras” para llevar drogas, que utilizan “rutas que se inician en Argentina” y terminan en Europa.
Tanto el informe de Naciones Unidas como el de Estados Unidos advirtieron sobre el aumento del consumo de estupefacientes en la Argentina.

Argentina no tendrá ley de derribo de los vuelos ilegales que se nieguen a aterrizar o a salir del espacio aéreo nacional. En esa idea coinciden, por ahora, el Gobierno nacional y la mayoría de los legisladores nacionales. Sin embargo, la contrapartida es que muchos consideran que será el final del camino, una vez que el país tenga en funcionamiento el sistema integrado de radarización y la ley que se apruebe incluya un protocolo que establezca pasos previos antes de la última decisión.

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El 3 de marzo de este año Estados Unidos pidió a la Argentina “ampliar la cobertura de radares en el norte” para fortalecer la lucha contra el narcotráfico.
La ONU advirtió en su informe anual sobre el uso de “aeronaves ligeras” para llevar drogas, que utilizan “rutas que se inician en Argentina” y terminan en Europa.
Tanto el informe de Naciones Unidas como el de Estados Unidos advirtieron sobre el aumento del consumo de estupefacientes en la Argentina.

Argentina no tendrá ley de derribo de los vuelos ilegales que se nieguen a aterrizar o a salir del espacio aéreo nacional. En esa idea coinciden, por ahora, el Gobierno nacional y la mayoría de los legisladores nacionales. Sin embargo, la contrapartida es que muchos consideran que será el final del camino, una vez que el país tenga en funcionamiento el sistema integrado de radarización y la ley que se apruebe incluya un protocolo que establezca pasos previos antes de la última decisión.

“El Gobierno está en contra de la pena de muerte y -con esta ley- estaríamos condenando a muerte al piloto y a los tripulantes”, fue el rechazo tajante del jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, ante el Senado nacional el miércoles último.

Para los legisladores nacionales abordar la ley de derribo también es adelantar los tiempos.

“No comparto la ley de derribo pero sí hay que alcanzar la radarización total e intensificar los controles”, sostuvo el senador salteño Juan Carlos Romero.

“Hay que tener presente que muchos vuelos ilegales llevan inmigración clandestina; si no está muy claro y definido el protocolo de acción se puede cometer una masacre de inmigrantes, creyendo que se trata de un avión narcotraficante”, advirtió el diputado nacional Marcelo López Arias.

En el Congreso existen varios proyectos de ley sobre el espacio aéreo argentino. Algunos de ellos incluyen la orden de derribo, como por ejemplo el Plan Nacional de Protección Aérea de la Frontera Norte, del diputado nacional de Propuesta Republicana Julián Obiglio.

La experiencia brasileña

Brasil, junto a Perú, son los dos países sudamericanos que tienen reglamentada su ley de derribo, lo que les permite eliminar a un avión que haya violado su espacio aéreo y se resista a aterrizar o a salir del país.

La ley brasileña prevé, no obstante, un protocolo de ocho pasos antes de que el jefe de la Fuerza Aérea, por delegación del presidente de la Nación, dé la orden de fuego.

Los ocho pasos están enmarcados en tres instancias: averiguación, persuación y destrucción.

De este modo, lo primero es hacer un reconocimiento visual para examinar la matrícula de la aeronave que no declaró su plan de vuelo ni pidió permiso para ingresar al espacio aéreo brasileño. Luego se verifican los datos del avión con el centro de control. A partir de entonces el avión de combate busca tomar contacto radial a través de la frecuencia internacional de emergencia.

Si no hay respuesta, el piloto realiza señales visuales al avión intruso y su vuelo es declarado “sospechoso”. La orden que se imparte es cambiar de ruta o aterrizar. Ante la desobediencia, se disparan balas trazadoras sin que toquen a la aeronave. Si la actitud hostil continúa, recién entonces se dispara contra el avión para derribarlo.

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