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25 de Abril,  Salta, Centro, Argentina
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Viernes, 20 de mayo de 2011 22:28

Rosario Maldonado, la joven universitaria de 25 años cuyo padre, Manuel Maldonado, había denunciado como desaparecida, se presentó ayer en la comisaría 42 de Tartagal -con El Tribuno bajo el brazo- y dijo a las autoridades de la dependencia que se había ido de su hogar por decisión propia, cansada de los malos tratos de su progenitor.
Con ello la joven, que es estudiante del último año de la carrera de Nutrición de la Universidad Nacional de Salta, puso fin al estado de alerta policial gatillado por la denuncia de su padre, que había sido interpuesta el 11 del corriente.
“Está en su derecho. Es mayor de edad y no podemos influir en sus determinaciones como persona”, explicó a El Tribuno un vocero de la comisaría 42 de Tartagal.
La chica había viajado el miércoles de la semana anterior para asistir al casamiento de una prima y se quedó allá. Justamente su pariente había hablado con este medio para advertir que no había nadie desaparecido ni mucho menos y que Rosario había decidido iniciar una nueva vida, lejos del domicilio paterno “harta de los malos tratos”.
Luego de leer la información sobre su caso, Rosario decidió ponerle punto final al tema presentándose ante la Policía.
“Se trata de una mujer muy educada, quien nos explicó las razones de su determinación, que respetamos, obviamente”, señaló un oficial. “Habló con sinceridad y dijo que si regresaba a Salta a concluir su carrera, no lo haría en el domicilio de sus padres, en el barrio Limache”, finalizó el uniformado que la atendió.
 

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Rosario Maldonado, la joven universitaria de 25 años cuyo padre, Manuel Maldonado, había denunciado como desaparecida, se presentó ayer en la comisaría 42 de Tartagal -con El Tribuno bajo el brazo- y dijo a las autoridades de la dependencia que se había ido de su hogar por decisión propia, cansada de los malos tratos de su progenitor.
Con ello la joven, que es estudiante del último año de la carrera de Nutrición de la Universidad Nacional de Salta, puso fin al estado de alerta policial gatillado por la denuncia de su padre, que había sido interpuesta el 11 del corriente.
“Está en su derecho. Es mayor de edad y no podemos influir en sus determinaciones como persona”, explicó a El Tribuno un vocero de la comisaría 42 de Tartagal.
La chica había viajado el miércoles de la semana anterior para asistir al casamiento de una prima y se quedó allá. Justamente su pariente había hablado con este medio para advertir que no había nadie desaparecido ni mucho menos y que Rosario había decidido iniciar una nueva vida, lejos del domicilio paterno “harta de los malos tratos”.
Luego de leer la información sobre su caso, Rosario decidió ponerle punto final al tema presentándose ante la Policía.
“Se trata de una mujer muy educada, quien nos explicó las razones de su determinación, que respetamos, obviamente”, señaló un oficial. “Habló con sinceridad y dijo que si regresaba a Salta a concluir su carrera, no lo haría en el domicilio de sus padres, en el barrio Limache”, finalizó el uniformado que la atendió.
 

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