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?La ciencia argentina es algo por lo que debemos estar orgullosos?

Sabado, 25 de junio de 2011 18:19

Sobrino de Juan Carlos Dávalos. Nunca perdió su acento y su alma salteños. Escribe cuentos ambientados en Sal ta.

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Sobrino de Juan Carlos Dávalos. Nunca perdió su acento y su alma salteños. Escribe cuentos ambientados en Sal ta.

En Salta, como en muchas de sociedades de raigambre hispana, las ciencias exactas y naturales tienen menos desa rrollo.

Fue director del Centro Atómico Bariloche y del Instituto Balseiro (1986- 1994), profesor visitante en las universidades

No son pocos los hombres y mujeres salteños que aportaron su trayectoria a las ciencias del país y del mundo. Entre ellos se destaca Arturo López Dávalos, sobrino del mundialmente reconocido poeta salteño Juan Carlos Dávalos. Es físico nuclear, docente, investigador y escritor, una figura poco conocida en su provincia. Doctor en Física egresado de la Universidad de Cuyo, reside en Bariloche desde 1957, fue director del Instituto Balseiro desde 1970. Es investigador de la Comisión Nacional de Energía Atómica y del CONICET. También es autor de más de cincuenta trabajos de investigación y fue elegido Miembro Asociado Senior del Centro Internacional de Física Teórica de Trieste y Miembro Correspondiente de la Academia Nacional de Ciencias Exactas Físicas y Naturales.

Es autor, con Norma Badino, de una biografía del creador del Instituto Atómico J. A. Balseiro, que es también una historia del movimiento científico argentino, “Crónica de una Ilusión”. Con Damián Zanette escribió el texto universitario “Fundamentals of Electromagnetism”, y un libro de cuentos, “La cuchara de plata”, donde incluye “varios relatos de la Salta de mi infancia. Recuerdos fabulosos que me hacen volver cada vez que puedo”, dice.

Ha sido también director del Centro Atómico Bariloche y del Instituto Balseiro (1986-1994), profesor visitante en las universidades de Salta, Córdoba, Ginebra, Grenoble, Autónoma de Madrid y California (Davis).

Su mamá era hermana de Juan Carlos Dávalos. Al Cuchi Leguizamón lo conoció de chico porque era amigo de su padre. Hizo el secundario en el Colegio Nacional de Salta . “En física tuve buenos profesores. Uno de ellos, al que le decían “El Negro” Rovaletti, quien me dio el entusiasmo de la ciencia. Aunque en esos años el estudio de la física era común a varias materias. Después hice tres años de ingeniería en la Universidad y al tercero me vine para el Instituto Balseiro. Ahí fui docente, pero ya estoy retirado”, relata.

Ahora hace investigaciones y enseña Física en la Universidad Nacional de Río Negro, recientemente creada, con sedes en toda la provincia. Hace investigaciones para un proyecto de física básica.

La sociedad de Salta, con profundas tradiciones animistas y religiosas, ¿es un campo propicio para el ejercicio de la ciencia?

En Salta, como en muchas de sociedades de raigambre hispana, las ciencias exactas y naturales tienen menos desarrollo. Después, en todas las sociedades modernas la gente tiene una gran fantasía para responder a cuestiones fundamentales. Por ejemplo que la sal trae mala suerte si es derramada, es una creencia muy extendida en ciudades del primer mundo. Son afirmaciones mágicas independientes de las sociedades donde se expresan, están más relacionadas al espíritu humano. El hombre le da una contestación mágica a las cosas que ignora. La riqueza de la tradición de Salta es otra cosa y se hunde en la historia de los pueblos. Mire, hace poco se entregó el “Premio Houssay a la trayectoria” a Francisco de la Cruz, el “Gallego” de la Cruz, que vivió en Salta hasta los trece años y es un científico notable. Hace unos años lo invitaron a ser miembro de la Academia de Ciencias de los Estados Unidos, una mención muy importante para un científico. De la Cruz estudió en el Colegio Belgrano y somos amigos, aunque yo era del Nacional. A la primaria la hice en la escuela Zorrilla.

¿Ha comenzado una nueva inclusión de las ciencias en las industrias argentinas? Lo mencionamos por el INVAP y la producción de alternativas científicas exclusivamente argentinas, como los radares que se proponen para el territorio nacional.

Ahí está tocando cosas cercanas, porque la empresa INVAP es un proyecto de egresados del Instituto. Fue creada como una sociedad entre la Comisión de Energía Atómica y la Provincia de Rio Negro, que es la mayor accionista. De allí salió el reactor que se vendió a Australia. Es un logro muy importante. Los clientes tradicionales de la tecnología atómica argentina eran países que no tenían desarrollado este aspecto, como Egipto o Argelia. Australia sí tiene un desarrollo muy serio de las tecnologías atómicas y que compren tecnología argentina muestra que se puede responder a estándares exigentes como los de ese país. Un orgullo argentino. Además se trata de Australia, uno de los países de mayor transparencia en los negocios públicos. Sé que la radarización es una solicitud del Gobierno nacional al INVAP. Se ha desarrollado una tecnología argentina y ya tienen instalados ocho radares en distintos aeropuertos. Actualmente se han encarado radares que detectan vuelos no autorizados. Para poder ampliar una tecnología de este tipo y después poder venderla a países desarrollados del mundo, el principal comprador debe ser el Estado. Por ejemplo tiene a los Estados Unidos, que son el paradigma del libre comercio, pero que continuamente hacen fuertes inversiones en instituciones como la NASA. Una empresa estatal muy grande que compra tecnología a empresas privadas como la Boing. Todo ese desarrollo de nuevas cosas comienza con el Estado como primer cliente. En nuestro país, la agencia estatal CONA le compra al INVAP la tecnología del satélite Acuarius. En ese sentido, el INVAP vive de lo que vende, no de subsidios.

¿Cómo está considerado el Instituto Balseiro a nivel internacional?

-El Balseiro se ganó su prestigio con esfuerzo y constancia, y sobre todo con el apoyo del organismo madre, la Comisión Nacional de Energía Atómica. El Instituto nació en agosto del 55, gracias a un convenio entre la Comisión, que donó la isla Huemul, y Universidad de Cuyo que brindó el aspecto académico. Desde entonces ha ido creciendo en calidad y en carreras y hoy es un centro prestigioso a nivel internacional. Por ejemplo el organismo mundial de control de la energía atómica de la ONU, el Organismo Internacional de Energía Atómica, tiene en Viena una universidad de la energía atómica. Y el Instituto es el único centro de formación de ingenieros nucleares que fue invitado a tomar parte. El Instituto es el único centro de formación, fuera de los Estados Unidos, que existe en el continente.

¿Qué consecuencias en el mundo actual tiene la física teórica?

La física teórica pertenece al mundo de las ideas. Traza teorías para explicar los problemas del Universo. Muchas veces aparecen invenciones que no se sabe bien para qué funcionan, pero después tienen su desarrollo. Por ejemplo los motores eléctricos funcionan en base al magnetismo y primero necesitó de un marco teórico del que se ignoraba sus consecuencias. A la primera persona que encontró la señal magnética se le preguntó "¿para qué sirve esto?' y él contestó con otra pregunta: "¿para qué sirve un bebé recién nacido?'. Sin embargo, sin ese descubrimiento no podríamos estar hablando por teléfono en este momento. Es como entrar a un nuevo continente: no sabemos que podemos encontrar hasta que lo encontramos.

Usted aplicó sus conocimientos de física en el volcán Pellehue, ¿de qué se trata?

En realidad se trata de un cálculo muy sencillo que estamos haciendo con una alumna del profesorado, en el que tratamos de conocer la potencia del volcán. Ni yo ni mis colegas somos especialistas en volcanes, pero cuando nos tapó la ceniza, surgió una pregunta acerca de la potencia necesaria para poner en el aire tanta cantidad de residuos. Y lo que sacamos, asusta un poco. Para darle una idea, en cinco horas de actividad y con la cantidad de arena que cayó, el volcán tuvo que desplegar en las cinco horas de actividad, 10 veces toda la potencia eléctrica que tiene la Argentina. El poder de los movimientos geológicos asusta. El terremoto de Japón por ejemplo, se comparó con 10 mil veces la bomba atómica.

Las consecuencias del terremoto sobre las usinas nucleares de Japón, ¿han llevado a un replanteo de las mismas y de las formas en que se busca generar energía?

No estoy metido en las aplicaciones nucleares, pero la consecuencia inmediata del terremoto sobre las usinas atómicas, fue la revisión de las normas de seguridad. Hay que decir que la potencia del terremoto de Japón excedió todo cálculo.

¿Cree usted que la educación básica argentina da una buena formación para crear nuevos científicos?

El tema de la educación en la Argentina es importantísimo. Bueno, lo es en todo el mundo pero en Argentina en particular. Quienes tenemos más de 25 años tuvimos maestras con una importante formación enciclopédica. Había una cantidad de cosas que sabían trasmitir. Creo que la Argentina ha perdido un poco esa riqueza que tuvo en el potencial de sus maestros. Actualmente los docentes deben ir de un lado al otro para poder tener un salario importante a fin de mes. Así la educación no puede tener un resultado serio. El punto neurálgico de la educación es el docente, que hoy se encuentra proletarizado de una manera muy triste. Por suerte las inversiones actuales de la industria en la ciencia argentina han actuado en sentido inverso. En la universidad de Río Negro tenemos científicos repatriado, gente que pudo regresar a trabajar a su ciudad.

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